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Jueves 25/04/2024  

El 25% del mundo vive en situación de extrema pobreza

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La crisis económica y financiera mundial está disparando los niveles de pobreza en los países que se encuentran en vías de desarrollo.
En estos momentos, de los datos conocidos se deduce que el 25% de la población mundial, es decir, del orden de 1.300 millones de personas en el planeta están viviendo en condiciones de pobreza extrema.
Y, según las previsiones del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, la recesión económica global puede acabar hundiendo en este submundo a más de 90 millones de personas más de las que ya hay.
Por si estos datos fueran pocos, el Informe sobre el seguimiento global 2009, recientemente divulgado y que ha salido a la luz pública en vísperas de la reunión semestral conjunta del Banco Mundial y el FMI, que se está celebrando este fin de semana en Washington, señala también que más de 1.000 millones de personas padecerán hambre crónica como consecuencia de la gran recesión que estamos padeciendo. Es obvio que desde la perspectiva occidental se hace muy difícil apreciar el verdadero valor de un problema de tal envergadura. Acostumbrados como estamos a las estadísticas, ni siquiera las cifras (mil millones de personas) hacen mella en la conciencia de un mundo demasiado preocupado en resolver los problemas internos so pena de perder las próximas consultas electorales, como para detenerse a intentar siquiera buscar algún mecanismo que alivie el hambre de otros continentes.
Si las recetas contra la crisis no consiguen en poco tiempo efectos recuperadores de la economía mundial, la situación de desempleo en esta parte del mundo tendrá consecuencias graves que todos podemos imaginar. Pero si esa recuperación no se logra con los planes previstos, el llamado Tercer Mundo va a estar pronto al borde de un abismo complicado y peligroso, tanto para la estabilidad de zonas que pueden transformarse en nuevos focos de odio hacia occidente, como para la del mundo desarrollado objetivo de esas iras.
Si el odio, desprecio y la marginación han sido capaces de crear monstruos como Al Qaeda, el hambre puede alimentarlos y hacerlos crecer en proporciones inasumibles.

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