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Jueves 25/04/2024  

Lucha contra el aborto, olvido de la pobreza

Los asistentes a la manifestación por la vida se ?olvidaron? de ir a la luchaba contra la pobreza

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El problema del debate abierto en la sociedad española sobre el aborto, que siempre ha ido más allá de una u otra ley, es que cuesta convencerse de que no se trata de una cuestión en la que se pueda convencer a nadie con argumentos, sino que es más un sentimiento. Se está a favor o no se está. No es una discusión económica sobre qué medida es más favorable para el país o cuál no. El tema del aborto es, simple y complejamente, una percepción que va más allá de las ideas religiosas o sociales, aunque ambos conceptos sean esgrimidos constantemente por uno y otro bando. Por mucho informe sobre cuándo se crea la vida o sobre cuándo no se crea que se ponga sobre la mesa, las posturas siempre estarán enfrentadas entre defensores y detractores. Por eso, la manifestación de Madrid, en la que hubo una significativa representación jerezana, no es más o menos importante en función del número de personas que acudió, ni siquiera del mayor o menor poder de convocatoria de quienes la respaldaban (con un protagonismo muy especial de la Iglesia). La protesta sólo fue --lo que no es poco-- un reflejo que una parte de la sociedad está en contra del aborto y que lo quiere defender en la calle, con orgullo y con un sentimiento de responsabilidad a sus creencias. Y como tal se debe tomar, sin tensiones ni enfrentamientos. Como un ejercicio más de la libertad de expresión de cada ciudadano. El mismo ejercicio que ejercen también los ciudadanos cuando votan en las elecciones las opciones políticas que defienden el aborto. No es nada más ni nada menos y, por eso, es absurdo pretender ver en esa concentración una fractura de la sociedad. Sin embargo, sí resulta doloroso, tal vez por una falta de tacto más que de rechazo, que en Madrid hubiera ayer mismo otra manifestación contra la pobreza y la Ley de Extranjería y que los impulsores de la marcha contra el aborto no la respaldaran. Son cosas distintas, es cierto, pero vinculadas, porque no se puede defender la vida del nonato y olvidarse de quien puede morir por no tener qué comer. Quizás hubiera sido todo un buen signo que quienes por la tarde salieron a la calle lo hubieran hecho también por la mañana, sobre todo teniendo en cuenta la labor que hace la Iglesia en favor de los necesitados.
menos favorecidos.

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