La Junta de Andalucía ha dado viabilidad medioambiental a la instalación de una nueva granja acuícola para la producción de lubina y dorada frente al litoral de la pedanía de Villaricos, en Cuevas del Almanzora (Almería).
La instalación que promueve Pescaviva Real S.L.U. prevé 42 jaulas más nueve jaulas comerciales y plataforma de silo y alimentación, flotantes en mar abierto, con capacidad estimada de producción total de 4.500 toneladas al año.
Según la documentación consultada por Europa Press, la granja de cultivo intensivo supone una ocupación del dominio público marítimo-terrestre de unas 259 hectáreas de superficie distribuida entorno a tres flotillas de jaulas que podrán alojar un máximo de 200 toneladas bien de dorada o bien de lubina.
El proceso de cría, desde que son introducidos los alevines hasta que se alcanza la talla comercial deseada de aproximadamente 400 gramos o de más de un kilo, puede tardar entre un año o tres, dependiendo de algunos factores como si es dorada o lubina y la época del año en que se introduzcan
La Delegación Territorial de Desarrollo Sostenible en Almería indica que tan solo la zona que corresponde a la plataforma de alimentación se encuentra dentro de los límites de la ZEC Fondos Marinos del Levante almeriense, y precisa que las jaulas está a "más de 1.500 metros de distancia de la pradera de posidonia oceánica" y a "casi 800 metros" de los bajos rocosos tipo arrecife.
Señala que no se prevén, por otro lado, "impactos" en las colonias nidificantes en los islotes litorales como la Isla de los Terreros, punto más cercano en importancia, ya que la distancia "es de más de once kilómetros".
En cuanto a los mamíferos marinos, como el delfín listado, el común o el calderón, aclara que su presencia de da en "aguas más alejadas de la consta que las propuestas para la concesión", si bien advierte de la posible interacción de los delfines mulares, "ya que los estudios realizados sobre el uso de las instalaciones de acuicultura por esta especie apuntan a un claro aprovechamiento de este medio para obtener alimento, lo cual genera cambios en las pautas de comportamiento de los individuos estudiados".
Descarta impactos, por otro lado, en la tortuga boba y detalla que no se han encontrado referencias en la documentación sobre las vías de migración de grandes cetáceos como rorcuales que pasan cerca de la costa.
La Autorización Ambiental Unificada remarca, asimismo, que la instalación cuenta con un plan de vigilancia ambiental con hasta 27 puntos de muestreo distribuidos en la zona detrítica, praderas de posidonia, afloramientos rocosos y zona del arrecife.
"La instalación no constituye una alteración física permanente ya que es retirada al término de su explotación. El Plan de Vigilancia Ambiental estudiará la evolución de los hábitats protegidos que pudieran ser afectados, en especial las praderas de posidonia más cercanas a la instalación y situadas al oeste de la misma mediante los seis puntos de muestreo, así como el seguimiento del sedimento, control de las comunidades bentónicas, flora y fauna, llegada nuevas especies exóticas y parásitos y análisis de muestras de agua", apunta.
La delegación territorial, que insta no obstante a la promotora a un "exhaustivo control ambiental de la actividad" ya que el cultivo intensivo de peces en jaulas en mar abierto conlleva el vertido de sustancias al medio, concluye que, en consonancia con los planes de gestión de la ZEC y de la ZEPA descritas, no se prevén "repercusiones negativas" y sería "compatible" con los objetivos de la Estrategia Marina de la Demarcación del Estrecho y Alborán.
La declaración de viable va condicionada, para que los posibles efectos ambientales no sean "significativos", a que la empresa asegure la implementación de una serie de medidas encaminadas a que, en el día a día de la actividad de las embarcaciones y los buzos trabajadores en la granja, no se afecte a la fauna y los fondos marinos.