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Ponen en libertad a uno de los cuatro detenidos por la agresión al joven con discapacidad

Andrés no identificó a este cuarto individuo en la rueda de reconocimiento telemática en el juzgado, según sus abogados por el cambio de aspecto que presentaba

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  • Andrés permaneció varias semanas ingresado en el Hospital Puerta del Mar de Cádiz. -
  • "No quiere salir de casa; tiene miedo”. La decisión ha supuesto un palo para el joven, ya que el investigado es vecino de su barrio

El Juzgado de Instrucción número 1 ha puesto en libertad a uno de los cuatro detenidos por la brutal agresión a Andrés Jesús Reganzón, el joven de 19 años con discapacidad intelectual, el pasado 31 de enero a plena luz del día en la Estancia Barrera. Los cuatro ingresaron en prisión provisional, comunicada y sin fianza el pasado 9 de febrero, después de que la víctima los reconociera  en las fotos que la Policía les mostró en el Hospital Puerta del Mar, donde permaneció ingresado para recuperarse de las graves lesiones. Ha sido este mes, en una posterior rueda de reconocimiento en sede judicial y de forma telemática, cuando la víctima no identificó a esta cuarta persona, lo que ha provocado que el juez lo deje en libertad. Una decisión que han recurrido Juan Junquera y Pablo Coveñas, los abogados que ejercen la acusación particular en representación de Andrés,  y que ven casi entendible que Andrés no acertarla a identificarlo por el cambio de imagen de este individuo.

“Esta persona, a la que Andrés reconoció perfectamente en el hospital, se incorporó a la agresión cuando él estaba en el suelo, pero ese día tenía un aspecto muy desaliñado; en la rueda de reconocimiento parecía otra persona: estaba afeitado y se había cortado el pelo. Estamos hablando además de una rueda no presencial”, precisa Junquera, que asegura que otras pruebas ya presentadas en el juzgado confirman la implicación de este sujeto en la pelea. La decisión del juez ha caído como un jarro de agua fría para Andrés, que desde entonces “no quiere salir de casa; tiene miedo”, puesto que es vecino de la zona. “Con todos en prisión se sentía más seguro, ahora no quiere bajar”, señalan.

Esta es la principal novedad de la instrucción del caso, en el que, por el momento, no se ha presentado acusación popular. Al no haber testigos directos de la agresión, por el juzgado van a pasar familiares de las dos partes, y agentes de la Policía. Interesa especialmente el testimonio de los que realizaron las detenciones, que aún no han sido citados, indican los letrados de la acusación particular. También tendrán que aportar los testimonios de los forenses, que deberán evaluar las secuelas del ojo lesionado del joven, que continúa en revisiones médicas, y en el que puede perder parte de la visión. Hay que recordar que debido a los golpes precisó de un drenaje por la infección que presentaba. A ello hay que sumar la fractura de pómulo y mandíbula que le acarreó la paliza.  

Buscarán una sentencia “ejemplarizante”

Aún queda un largo camino por delante y es prematuro hablar de calificaciones, pero los abogados tienen claro que “vamos a pedir lo máximo” y buscarán una sentencia “ejemplarizante”. Los cuatro detenidos, ahora ya tres,  fueron imputados por un delito de lesiones graves y se encuentran en prisión provisional, sin fianza y comunicada a la espera de juicio, pero el código penal, expone, Junquera, contempla varios supuestos que podrían elevar la pena de prisión de los  tres a los seis años de cárcel. Andrés tiene una discapacidad reconocida d l33%.  

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