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Miércoles 24/04/2024  

En román paladino

Partes de guerra

El trafico de drogas y de migrantes y el terrorismo yihadista exigen la cooperación marroquí

Publicado: 31/03/2022 ·
09:02
· Actualizado: 31/03/2022 · 09:02
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  • Mohamed VI. -
Autor

Rafael Román

Rafael Román es profesor universitario, miembro del PSOE, exconsejero de Cultura y expresidente de la Diputación de Cádiz

En román paladino

El autor aborda en su espacio todos los aspectos de la actualidad política tanto de España, Andalucía y la provincia de Cádiz.

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El  Polisario informa en   partes de guerra de sus acciones militares frente a Marruecos.  Es una lucha desigual  -en efectivos y en armamento- entre el Frente Popular de Liberación de Saguia el Hamra y Rio de Oro (Polisario) y  Marruecos. España da a los campamentos en Argelia -a través de agencias gubernamentales y de entidades publicas y privadas-  ayuda humanitaria pero nunca ha  suministrado armas. La situación actual es de guerra. Cualquier implicación  española significaría un conflicto de alta tensión.

En 1975, el gobierno español, con Franco agonizante y Juan Carlos  interinamente Jefe de Estado,   renuncia al Sáhara y lo entrega a Marruecos y Mauritania.  Se venía de los ataques  saharauis contra los pescadores canarios, los trabajadores  de los  fosfatos y los militares españoles. La marcha verde marroquí fue  el cúlmen de un desastre   español  -incapaz de organizar un referéndum y controlar el territorio- que llevó al abandono del  Sáhara y a  un reparto -ilegal- entre Mauritania y Marruecos.  Los ministros  franquistas   conocían  que  EEUU no apoyaba la permanencia de España. Juan Carlos I era coronado.   Si hubo un intercambio se estudiará  cuando España desclasifique los documentos.

 España ni estuvo  ni está   en disposición de sacrificar vidas  por  el Sáhara,  aunque nominalmente sea potencia administradora -título vacío de efectividad-. Las lineas rectas de la división territorial entre Argelia, Marruecos, Mauritania y Sáhara es la demostración  palmaria de un reparto colonial que trazaba fronteras sobre el mapa, no sobre las tribus trashumantes que practicaban el nomadismo  sobre  el territorio.

Tras medio siglo de estancamiento y varios mediadores de la ONU -el que más cerca estuvo del acuerdo  fue James Baker, la disputa sobre el censo impidió el referéndum- el gobierno español ha manifestado que le parece más seria, creíble  y realista la propuesta autonómica  -sin excluir las demás-  apostando por una solución política, justa y duradera y mutuamente aceptable en el marco de la ONU, que dispone de una fuerza -MINURSO-  de 450 efectivos. Algunos saharauis dudan   pero el polisario, no.En el gobierno ha primado la defensa de los intereses  económicos nacionales -desde la pesca a la OPE y primer inversor internacional-  y la estabilidad  en Ceuta, Melilla, Andalucía y Canarias.    El trafico de drogas y de migrantes  y el terrorismo yihadista  exigen la cooperación marroquí. La posición de Francia, Alemania y EEUU  y el enquistamiento del problema han llevado a España a moverse.

 

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