La Dirección General del hospital Virgen del Rocío ha contestado a la petición del colectivo de vecinos afectados por los episodios de hedor que desde hace años sufre la barriada Guadalquivir de Coria del Río (Sevilla), fruto de un vertido de hidrocarburos de la gasolinera de Zamarrilla Inversiones S.L. enclavada en dicha zona, en demanda de un "seguimiento continuado" dados los "graves problemas de salud" derivados de su exposición permanente a gases tóxicos.
En su escrito de petición, recogido por Europa Press, los vecinos rememoraban que el Instituto Nacional de Toxicología certificó el "grave perjuicio para la salud" sufrido por los afectados a cuenta de su exposición continuada a gases tóxicos por el mencionado vertido de hidrocarburos, extremo que según insisten "está originando graves problemas y afecciones en la salud", toda vez que el Ayuntamiento de Coria aseguraba recientemente que la empresa responsable de la gasolinera ha iniciado ya la "recuperación voluntaria de los suelos" contaminados.
Los afectados pedían en este escrito a la dirección del hospital "que el seguimiento sea continuado y se realicen los estudios e investigaciones oportunas"; así como que "en su caso, se de traslado al Instituto Nacional de Toxicología de todos los informes elaborados en el área de Medicina Interna para que se puedan concretar de forma individualizada los daños" en la salud de las personas".
Empero, y en un documento fechado el pasado 28 de marzo y recogido por Europa Press, el director gerente del hospital señala que el "seguimiento" aludido por los afectados "está siendo coordinador por la Dirección General de Salud Pública y Ordenación Farmacéutica", a la que estas personas "deben dirigirse", según el máximo mandatario del hospital.
Ello, en paralelo a la investigación judicial promovida al respecto por el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número tres de Coria, por un presunto delito contra el medio ambiente y los recursos naturales con afección grave a la salud de las personas a cuenta de la citada fuga de hidrocarburos en la gasolinera cercana a las viviendas de los afectados.
El origen de las "fugas"
Recordemos que cuando el pasado 16 de octubre de 2020 prestaron declaración como investigados los administradores y el gerente de la gasolinera, los mismos habrían negado que la instalación, gestionada por Zamarrilla Inversiones S.L., sufriese "fugas" en sus depósitos de combustible o cualquier "vertido" de sustancias contaminantes, alegando que en 2019 fue implantado en el recinto un sistema de prevención de filtraciones desde los depósitos al subsuelo. Además, habrían expuesto que el recinto cuenta con una "barrera hidráulica".
Así, los tres investigados habrían negado ante el juzgado que los episodios de contaminación y hedores investigados por el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil a instancias de la Fiscalía, a raíz de la denuncia interpuesta por residentes de la barriada Guadalquivir, deriven de la actividad de la gasolinera, aludiendo a una "contaminación histórica" en la zona, cuyo origen estaría pendiente de esclarecer aún, según su tesis.
En las actuaciones realizadas, en cualquier caso, se ha detectado, tras mediciones realizadas en el interior de varios domicilios de la citada barriada, la presencia de compuestos orgánicos volátiles (COV) derivados de hidrocarburos, así como Sulfato de Dimetilo, muy tóxico por inhalación, según la Guardia Civil. Los agentes del Seprona detectaron igualmente, en las proximidades de la gasolinera intervenida la presencia de un vertido de hidrocarburos.
Escapes o vertidos
Según los técnicos, como consecuencia de los escapes o vertidos contaminantes de hidrocarburos tipo gasolina, gasoil y aceites minerales, se ha producido un daño sustancial a la calidad del suelo en el entorno de la gasolinera.
Dicha contaminación "ha dado lugar a un daño sustancial a la calidad de las aguas subterráneas y, por los flujos de descarga de los acuíferos y su cercanía al cauce, se produce una situación de grave perjuicio para el sistema natural del estuario del Guadalquivir, así como un riesgo importante de grave perjuicio a la salud de las personas" de la zona.
Para confirmar tal extremo, la Guardia Civil inspeccionó la gasolinera junto con inspectores del Servicio de Industria y Energía de la Junta de Andalucía, tanto física como documentalmente, comprobándose que existían anomalías en forma de fuga en el depósito de gasolina SP/95, según el Instituto Armado.