Representantes de dichas entidades pidieron al Gobierno dominicano que preste atención a esta situación porque, según sus declaraciones, se está convirtiendo en un detonante que en el futuro inmediato se puede convertir en un grave peligro para el país.
Mientras, las autoridades migratorias dispusieron reforzar los puntos de chequeos militares ubicados en la carretera que comunica a la frontera dominico-haitiana norte con la provincia de Santiago, para controlar esa masiva inmigración de haitianos ilegales, dijeron a Efe fuentes del organismo.
El ex responsable de Migración en la zona Norte Sabás Burgos, declaró que bandas que operan en Haití en cooperación con dominicanos se están aprovechando de la confusión en el vecino país tras el fuerte seísmo para traficar con personas, particularmente con niños.
Burgos aseguró que el negocio está bien estructurado, y lamentó que las autoridades de Migración “se estén haciendo de la vista gorda”.
“Con el cuento de que son niños huérfanos, fácilmente esas bandas que todo el mundo sabe quiénes las dirigen en Haití pueden traer al país entre 150.000 y 200.000 niños, y luego aprovechándose de la debilidad del Gobierno dominicano presionar para que se le expida actas de nacimiento, bajo el pretexto de que nacieron aquí”, argumentó.
También se quejó porque el Gobierno, “con su desenfrenada intención de hacer ver al mundo que es solidario, se ha echado la tragedia haitiana encima y ha descuidado la pobreza extrema que afecta” a la República Dominicana.
“En las comunidades nuestras cerca de la frontera, sobre todo en el sur del país, hay gente más pobre y ahora están pasando más hambre que las que fueron afectadas por el temblor de tierra en Haití”, enfatizó.
Por su parte, el presidente de la Comisión de los Derechos Humanos en la zona Norte, Dionisio Jerez, dijo a Efe que el tráfico de menores haitianos hasta este país, particularmente a Santiago y otras provincias de la región, ha aumentado de forma “alarmante” después del terremoto, aunque reconoció que esas redes operan desde hace tiempo en los dos países.
El activista aseguró que nadie puede negar que en Haití existe una red de delincuentes que se dedica a robar y reclutar niños para el tráfico a otros países, principalmente a República Dominicana.
“Creo que es tiempo de que el Gobierno dominicano comience a proteger su frontera, vamos a ayudar a nuestros hermanos haitianos, pero, eso, no significa que tengamos que sacrificar la soberanía del país”, apuntó.
Mientras, el portavoz de la Federación de Sindicatos Unidos de Trabajadores de la Construcción en el norte del país, Domingo Rodríguez, reconoció la existencia del tráfico de haitianos hacia la República Dominicana, pero ha aumentado tras el terremoto.