El Museo de Bellas Artes de Córdoba se ha mostrado este sábado como un edificio franciscano a través de un recorrido por la simbología e iconografía del inmueble del siglo XV, propiedad de la Diputación de Córdoba desde 1862 y que gestiona la Junta de Andalucía.
Dentro del ciclo 'Arte + Educación. Aprende a mirar el arte', la pinacoteca trata de "trasladar a la ciudadanía en grupos conceptos artísticos para que ella tenga las herramientas para poder disfrutar de una visita al museo", según ha señalado a Efe su director, José María Domenech.
El recorrido, guiado por Marta Moreno, una de las gerentes Ataurique Gestión Cultural, ha pretendido "ilustrar al público de estos pequeños toques iconográficos que le darán herramientas para cuando vayan de nuevo a este museo o a otro de manera independiente, pues puedan vislumbrar ese tipo de claves que pueden permanecer ocultas".
De hecho, Moreno ha destacado a Efe que no se centran "en ninguna obra de arte en concreto, en ninguna pintura ni escultura, sino en el edificio en sí, que recoge bastante información de la sociedad de nuestra época, desde finales del siglo XV hasta el día de hoy, tanto en la conservación del patrimonio como en lo que se refiere a los establecimientos socio-sanitarios medievales".
"El edificio ha ido sufriendo diferentes ampliaciones a lo largo de toda su vida, el núcleo principal era el patio y las dependencias de alrededor y con el paso del tiempo y dependiendo de las dotaciones presupuestarias que tuviera el hospital fueron comprando otras casas anejas de alrededor y fueron ampliando camas y proyectos", señaló.
Aunque en la actualidad el término hospital se vincule en exclusiva con la asistencia sanitaria, en la época de su fundación y antes, subrayó Marta Moreno, se refería al concepto de ofrecer hospitalidad.
En el caso del que hoy alberga en una parte el Museo de Bellas Artes y en otra al de Julio Romero de Torres, en este caso gestionado por el Ayuntamiento de Córdoba, aparte de la atención sanitaria que se prestó en su momento, también se dedicó a la liberación de moriscos presos en el Norte de África y a recoger donativos para doncellas huérfanas.
Entre los siglos XII y XV Córdoba tuvo una treintena de hospitales y el de la Caridad se creó en 1443, aunque la Real Cédula de los Reyes Católicos que reconoce su fundación no se dictó hasta 1463.
Moreno recuerda que al ser el hospital una fundación de una hermandad, "el hospital estaba unido con la institución eclesiástica y tenía que tener iglesia, porque se pensaba que la oración y la espiritualidad iban a sanar también, no solo el cuerpo, sino también el alma".
La portada de la capilla mayor, que da a la Plaza del Potro, comienza a construirse en 1509, aunque llega al siglo XX tapiada por motivos sanitarios y estéticos hasta que en los años 20 Enrique Romero de Torres, director del museo, la recupera, la restaura y coloca la cancela con el estilo neogótico que hoy presenta.
La capilla, actual sala IV está coronada por el escudo de los Reyes Católicos y una cúpula que presenta atributos de los franciscanos, como el escudo de las cinco llagas o el de los bastones.
En 1563 se compra un mesón que hace esquina y que permite la construcción de la escalera, una de las piezas más interesantes del edificio por los frescos del tipo grisalla, con un san Jerónimo penitente, un san Francisco y una pintura al óleo con un cristo, un san Juan y una virgen sobre la misma pared.
Los frescos y la pintura fueron restaurados en la época de Enrique Romero de Torres y en 2000 lo fueron los grafitis que representan alegorías de lo que puede ser un sol, un barco, unos nombres y unos laberintos, que podrían proceder del siglo XVI o XVII y que serían, a modo de hipótesis, obra de pacientes que estarían ingresados en el hospital, precisa Moreno.
La decadencia del Hospital de la Caridad comienza cuando en 1723 se abre el del Cardenal Salazar y el Cabildo decide concentrar los establecimientos y las rentas en esa institución, con más medios, hasta en 1862 pasa a manos de la Diputación que lo cede para reunir las obras procedentes de la Desamortización en lo que más tarde sería el Museo de Bellas Artes.