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Lo que queda del día

La gestión de las expectativas

El coste energético ya ha provocado en la provincia el cierre de más de cien establecimientos hosteleros desde el fin del verano

Publicado: 15/10/2022 ·
18:55
· Actualizado: 15/10/2022 · 18:55
  • Un hombre comprando en un mercado de abastos -
Autor

Abraham Ceballos

Abraham Ceballos es director de Viva Jerez y coordinador de 7 Televisión Jerez. Periodista y crítico de cine

Lo que queda del día

Un repaso a 'los restos del día', todo aquello que nos pasa, nos seduce o nos afecta, de la política al fútbol, del cine a la música

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Si cada otoño tenemos más o menos asimilado que se produce cierto parón en la economía, en esta ocasión nos vamos a hartar. Javier Sánchez Rojas, el presidente de los empresarios de la provincia, que acostumbra a reivindicar el lado bueno de las certezas, no oculta la evidencia, y tampoco lo llama “ser pesimista”, sino “ser realista”. Lo enumera así: a la fatiga pandémica se le ha unido el incremento del coste de las energías, la invasión de Rusia en Ucrania, la inflación, el encarecimiento de la vida y, consecuentemente, el parón en el consumo. Demasiado incluso para quien se considere un optimista convencido, y eso que no incluyó en la lista de catastróficas desdichas los tipos de interés, la escalada del euríbor, ni las recientes cifras del desempleo.

Hay donde elegir, pero de entre todos esos factores subraya el del coste energético, por su impacto y, peor aún, por sus consecuencias, ya que hay empresas que han multiplicado por tres y por cuatro sus costes y hasta por cinco o por seis en el caso de las grandes industrias. Una circunstancia “insostenible” que ya ha provocado en la provincia el cierre de más de cien establecimientos hosteleros desde el fin del verano y el de mucho pequeño comercio, así como han vuelto a reactivarse los ERTE en muchas empresas, ya sea por la falta de suministros o por los costes de fabricación.

En definitiva, como apuntaba esta semana en el espacio Siente Cádiz de 7 TV, la desaceleración es evidente y los informes económicos coinciden en prolongar la incertidumbre más allá de este 2022, puesto que ni siquiera se percibe el efecto de las medidas de apoyo o alivio impulsadas desde el Gobierno central. Unas circunstancias que redundan asimismo en el estado anímico del tejido empresarial, aquejado en este momento de una creciente frustración, puesto que pasa el tiempo y no hay indicios de que las nubes terminen por disiparse.

Lo admitió en la entrevista. A diario no hace más que percibir “malestar, cabreo, frustración”, por parte de los empresarios, y todo ello como consecuencia de nuestro propio error a la hora de “gestionar las expectativas”. Y puso como ejemplo los fondos Next Generation. Más aún, aquellas cartas a los reyes magos que se dedicaron a escribir muchos ayuntamientos para acceder a esos mismos fondos y cuyas pretensiones superaban por sí solas los fondos liberados por la Unión Europea. En realidad, más que cartas a los reyes magos, aquello parecía una competición a ver qué municipio presentaba más iniciativas, en una demostración de notable causalidad, pero nula efectividad a la postre. Ya no se trata solo de saber gestionar las expectativas, sino de la falta de pudor de la que se adolece en muchas ocasiones a la hora de generarlas.

Pero hubo una cuestión más que sobresalió en su análisis de la situación económica de la provincia de Cádiz; en especial, porque el presidente de la CEC no precisa de lecturas entre líneas para que percibamos con exactitud lo que nos traslada, y en este caso fue más lo que calló que lo que argumentó, con la peculiaridad de que se le entendió perfectamente. Para empezar, se adentró en un jardín del que ya salió trasquilado en otra ocasión el portavoz de las empresas constructoras de la provincia: las empresas no encuentran personal cualificado para cubrir las plazas vacantes. Y no citaba uno o dos casos, sino un hecho que abarca a todos los sectores, lo que lo hace especialmente grave, ya que exterioriza un evidente desajuste entre oferta de empleo y desempleados. Pero, en segundo lugar -y es ahí donde se encuentra la clave del asunto-, apuntó al “sistema”, que o no ayuda o no estimula a encontrar empleo: “Estimula otra cosa”. Tres palabras de fácil traducción y que, como apuntó, exigen de una reflexión por parte de la sociedad en general si queremos “ser honestos con nosotros mismos”.

Sánchez Rojas hablaba, en el fondo, de un sistema que genera y gestiona sus propias expectativas, pero en favor de un proteccionismo acomodaticio que queda lejos, o atrasado, con respecto al de otros países en los que también nos gusta vernos reflejados. Pero eso sí que es elevar otras expectativas, las nuestras.

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