Los gaditanos fijarán mañana la vista en sus relojes y, al referirse al tranvía, comentarán, de fijo, si cumple con puntualidad los horarios de salida y llegada. Hasta ahora, que parecía impensable la puesta en marcha del nuevo transporte público, los vecinos de Chiclana, San Fernando y Cádiz tomaban con resignación, indignación y humor, a partes iguales, mientras caían las hojas del calendario sin certezas sobre la fecha de su estreno, los continuos retrasos. No es para menos. Se ha tardado en completar las obras y pruebas de seguridad más de 16 años; la tramitación administrativa suma dos décadas. Entretanto, los gobiernos socialistas tuvieron que organizar un trayecto entre La Ardila, en La Isla, y las inmediaciones del Pinar de los Franceses, hasta donde llegaba la vía transitable entonces, para mostrar a los medios de comunicación y al conjunto de la ciudadanía, que la cosa iba en serio. E incluso Fernando López Gil, a la sazón delegado del Gobierno de la Junta de Andalucía en Cádiz, puso fecha a la venta de billetes, antes del 31 de marzo de 2017, protagonizando uno de esos vídeos virales que se recibían por Whatsapp hasta hace poco cada vez que algún representante público se animaba a hablar de avances en el mastodóntico proyecto.
Hoy, la consejera de Fomento, Marifrán Carazo, cifró la inversión en 267 millones durante una intervención, admitiendo que el trazado de 24 kilómetros entre Chiclana y Cádiz ha salido caro.
E incluso ha estado a punto de quedar en vía muerta en alguna ocasión, como en 2010, cuando el proyecto fue declarado ilegal a raíz de la denuncia de uno de los diez propietarios afectados por las expropiaciones forzosas en San Fernando. El presidente de la Diputación, Juan Carlos Ruiz Boix, enumeraba este martes “los contratiempos”: las citadas expropiaciones, dirimidas por el Tribunal Supremo, la canalización de la tubería de Aguas de Cádiz a su paso por la zona del intercambiador de La Ardila, el acuerdo con Renfe, los trabajos en el trayecto con Bienes de Interés Cultural pasando a su lado, como la Batería de Alburquerque, o la construcción de una subestación propia para su electrificación en Polígono Tiro Janer.
Pero celebró la excelente noticia de su puesta en marcha y reivindicó una obra “ideada y desarrollada en más de un 95% por el Gobierno del PSOE” que dará servicio a casi 234.000 vecinos, con parada a menos de 1.000 metros de sus domicilios.
El PP no pierde, sin embargo, ocasión para recordar que, a su llegada a la Junta, estuvo a punto de tener que devolver casi 220 millones a la UE por los incumplimientos de los gobiernos del PSOE. Y saca pecho por el esfuerzo de sacar adelante una infraestructura paralizada y amenazada en 2019.
La víspera tampoco ha estado exenta de tensión política. El alcalde de Cádiz, José María González, Kichi, lleva una semana advirtiendo de que horarios y trayectos planteados son insuficientes y hoy añadió que, a priori, es una oportunidad perdida. Y a Mercedes Colombo no le hace gracia.
El tiempo lo dirá. Hoy, toca exhibir ilusión. Lo dijo Carazo. Y, viendo la agenda, es inevitable: el presidente andaluz, Juanma Moreno, y la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, realizarán el primer viaje, a las 9.15, e inaugurarán el servicio a las 11.00 horas. Al resto toca esperar, pero solo hasta las 16.37, si reside en Chiclana, o las 16.55, si lo hace en Cádiz. Casi nada, cuatro horas y media no son 16 años.