Lady Gaga ha posado para la revista Q haciendo gala una vez más de la actitud que le caracteriza. Fiel a su estilo excéntrico y provocativo, las fotografías muestran a la cantante luciendo un atuendo digno de Eduardo Manostijeras y en topless, formando una pose en la que parece reírse de los rumores sobre su ambigüedad sexual.
Esta controvertida sesión de fotos ha estado además marcada por el escándalo pues, según informa el diario Daily Mirror, la cantante desconcertó al equipo de fotógrafos al echarse a llorar de repente y abandonar el plató sin más miramientos.
La cantante se encontraba posando cuando comentó: "No me encuentro en un buen momento ahora mismo", tras lo que se echó a llorar y se marchó del plató. El equipo de la revista Q se quedó sorprendido y bastante molesto pues ya habían tenido que amoldarse a las exigencias de la cantante para que el posado tuviera lugar.
Más tarde, Lady Gaga insistió en que sólo continuaría con la sesión de fotos si dejaban que fuera su novio quien tomara las imágenes, llegando a agredir a un fotógrafo en medio de todo el desorden.
Al parecer, este comportamiento tuvo lugar porque la cantante no estaba de acuerdo con el estilo provocativo de las fotos que le estaban haciendo, aunque se comenta que los caprichos y cambios radicales de planes que está protagonizando últimamente Lady Gaga podrían deberse a lo mal que está llevando la atención mediática.