Los últimos sondeos indican que el Partido Socialista (PS), liderado por Martine Aubry, conseguiría el 29,1% de los votos, mientras que la conservadora Unión por un Movimiento Popular (UMP) de Sarkozy, se quedaría con el 27,3%.
La tercera posición sería para los Verdes, con el 13% de los sufragios, y la cuarta para el ultraderechista Frente Nacional (FN) de Jean-Marie Le Pen, con alrededor del 11%.
“Los electores han expresado su rechazo a una Francia dividida” y “débil”, afirmó Aubry, la favorita en estos comicios, que se completarán el próximo domingo con una segunda y definitiva vuelta, y que son los últimos antes de la cita clave de las presidenciales de 2012.
Desde el Gobierno, el primer ministro, François Fillon, insistió en que todavía no está nada decidido y precisó que no se pueden sacar conclusiones a nivel nacional de la baja participación en esta consulta.
A la espera de que se difundan los primeros datos oficiales, lo que está claro es que la abstención superará todos los récords y se situará por encima del 50%, algo que los partidos consideran como un fracaso de toda la clase política.
En estos comicios, los franceses eligen, de entre 252 listas, a los 1.880 consejeros que gestionarán las regiones durante los próximos cuatro años.
Cada una de las listas debe respetar el principio de paridad (un candidato hombre y una mujer) y solo podrán pasar a la segunda vuelta las que consigan un mínimo del 10% de los sufragios.