Así, esta muestra lleva al espectador, a través de los sentidos, a esa otra dimensión de la Semana Mayor más popular: el olor de las flores, del incienso, de las velas; el sabor de los típicos roscos de estas fechas; el sonido de las saetas y las marchas procesionales; etc...
Por eso, se ha titulado esta edición el título Ciencia muy sabrosa, siguiendo, una vez más, para ello, el Cántico espiritual de San juan de la Cruz, que ya sirviera para vertebrar las anteriores muestras de arte cofrade (Mil gracias derramando y Presencia y figura).
En esta ocasión, se aprovecha la sensualidad presente en los versos del fraile para recordar que la raíz etimológica del verbo saber es la misma del término sabor. Y que no hay sabiduría digna de tal nombre que sea sólo intelectual.