Desde primeras horas de la mañana, un centenar de vecinos convocados por Salvem el Cabanyal, apoyados por varios políticos, se ha concentrado tras los cordones policiales que acotaban el número 31 de la calle de Francisco Eiximinis, donde estaba prevista la demolición de una sexta casa en el barrio, con el propósito de impedirlo.
El concejal de Seguridad Ciudadana, Miquel Domínguez, ha supervisado el despliegue de una treintena de agentes locales, y hasta la zona también se ha desplazado el subdelegado del Gobierno en Valencia, Luis Felipe Martínez, aunque se ha mantenido en un segundo plano.
Por el contrario, concejales del PSPV, encabezados por la portavoz municipal, Carmen Alborch, y diputados de la oposición en Les Corts como Mónica Oltra, Marga Sanz o Mireia Mollà acompañaron a los vecinos en esta nueva jornada de protesta.
Poco después de las 10.30 horas, los primeros movimientos de una excavadora que se dirigía hacia ese inmueble desembocó en cargas policiales contra periodistas que hacían su trabajo y decenas de vecinos que, entre gritos, insultos y lanzamiento de objetos, trataban de impedir el derribo con constantes carreras por las calles adyacentes. Muchos han resultado con contusiones, golpes y arañazos.
Alborch, visiblemente emocionada tras los veinte minutos de tensión que vivió en el barrio, suplicó a los policías nacionales que colaboraran para “dejar de dar una imagen de violencia” en el Cabanyal, donde “la mayoría” de los vecinos que se oponen a los derribos es, según dijo, “gente pacífica”.