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Así es el trabajo de los voluntarios del proyecto de personas sin hogar durante las noches

Cruz Roja intensifica la ayuda para atender con ropa de abrigo y comida caliente a las personas que duermen en la calle en Málaga y Andalucía.

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  • Diariamente atienden en la capital a unas 50 o 60 personas diferentes cada día, lo que hace un total de unos 150 usuarios gestionados a la semana.
  • De las 7.000 personas que atendió Cruz Roja el año pasado, el 19 por ciento eran mujeres.

Las temperaturas mínimas en la provincia a duras penas superan los diez grados, con el mercurio llegando a marcar bajo cero en algunos puntos las últimas semanas. Las noches de invierno son duras y el viento o la lluvia las están recrudeciendo. Las unidades de emergencia de Cruz Roja intensifican sus actuaciones en esta época para intentar que las noches de las 8.000 personas que duermen en las calles andaluzas sean más cálidas. Los lunes, miércoles y viernes, la delegación malagueña recorre las calles cada semana facilitando ropa de abrigo, sacos de dormir y alimentos calientes, pero sobre todo una voz amiga.

Anteriormente nos encontrábamos más personas cronificadas, pero es cada vez más latente ver a personas que han perdido su vivienda y trabajo y que se encuentran en una situación más inestable.

El “¡Buenas noches! ¿Qué tal?” es la carta de presentación de los voluntarios, a los que acompañamos durante una de sus salidas, para dirigirse a los hombres y mujeres que hacen noche a la intemperie. Les preguntan sus nombres, se preocupan por ellos y les ofrecen comida, el menú de esta noche era sopa o verdura.

Con una sonrisa, este equipo de voluntarios hace su ruta para “aportar su granito de arena”. Querer ayudar y “dar algo a la sociedad” es lo que movió a Javier Igeño a ser voluntario en el proyecto de personas sin hogar: “Mientras que pueda quiero aportar algo, ese es mi pequeño granito. Venir a colaborar para poder dar ese calor”.

Más allá de la ayuda urgente, buscan dar una segunda oportunidad. A cada una de las personas que se encontraban les ofrecían acompañamiento y asesoramiento para que accedan a otros recursos. Es “un enganche” para que “vayan” a organizaciones o entidades como Puerta Única, para que “demanden un alojamiento, comedor, documentación o algún tipo de prestación para que salgan de esa situación de calle y vuelvan a una normalidad”, ha explicado otro de los voluntarios, Miguel Ángel Montero.

Los perfiles siguen siendo muy variados, pero están cambiando. Miguel Ángel es trabajador social y voluntario en Cruz Roja desde hace siete años y ha visto como está aumentando el número de personas que se ven arrastradas a vivir en la calle tras perder su “empleo” por la crisis, “ser desalojadas” y “no tener una red de apoyo”: “Anteriormente nos encontrábamos más personas cronificadas, sobre todo con problemas de salud mental o adicciones, pero es cada vez más latente ver a personas que han perdido su vivienda y trabajo y que se encuentran en una situación más inestable”.

También crece el número de mujeres en situación de calle. De las 7.000 personas que atendió Cruz Roja el año pasado, el 19 por ciento eran mujeres. Estiman que tres de cada diez son mujeres.

Diariamente atienden en la capital a unas 50 o 60 personas diferentes cada día, lo que hace un total de unos 150 usuarios gestionados a la semana. Los equipos salen en horario nocturno, sobre las siete de la tarde, y regresan bien entrada la noche, entre las diez y media o doce, “cuando terminamos la ruta”.

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