El Sevilla vuelve a Eindhoven, vuelve al estadio donde comenzó su idilio con la Europa League. El conjunto nervionense regresa al Philips Stadium para disputar la vuelta de los dieciseisavos de final de su competición fetiche contra el PSV Eindhoven. Los de Sampaoli cuentan con una amplia ventaja tras la victoria por 3-0 en el Ramón Sánchez Pizjuán del pasado jueves.
No somos el Sevilla que peleaba este tipo de torneos con los mejores de Europa17 años más tarde y siendo hexacampeón, el Sevilla tiene se encuentra con una de las ciudades más importantes de toda su historia en su camino a la séptima Europa League. Quién iba a pensar que aquella noche del 10 de mayo de 2006 la vida le cambiaría de esta forma al sevillismo y al club.
A pesar de los especial que es para el Sevilla regresar al Philips Stadium, precisamente es el factor campo lo que más puede ir en contra el equipo de Jorge Sampaoli. Los de Nervión están teniendo muchos problemas para ganar fuera de casa, de hecho esta temporada no han conseguido ninguna victoria lejos del Ramón Sánchez Pizjuán en las competiciones europeas. La amplia ventaja que tiene hace pensar que apenas hay opciones de que no pase de ronda.
En la lista de convocados ha habido varias modificaciones respecto a la lista del último encuentro liguero. Ivan Rakitic, Jordán y Hormigo han sido las tres incorporaciones nuevas. Por otro lado, se han caído Pape Gueye, Gudelj y Lamela. Los lesionados Tecatito, Marcao, Rekik y Papu tampoco estarán disponibles para este partido.
Por otro lado, el PSV Eindhoven afronta esta vuelta de la eliminatoria con mucho pesimismo. Su entrenador, Rudd Van Nistelrooy, lo ha dejado claro al explicar que “necesitaremos un milagro” para eliminar al Sevilla.
El conjunto holandés se llevó un repaso en el encuentro de la semana pasada. El 3-0 ha hundido al equipo, que en la jornada previa a la ida ganó 6-0 en su jornada liguera y este pasado fin de semana no pasó del empate contra el Utrecht.
El Sevilla vuelve al sitio donde empezó todo para continuar con su camino hacia Budapest. Los de Sampaoli llegan plagados de bajas en defensa pero con la confianza plena en pasar a los octavos de la Europa League.