Las principales ventajas que tiene abanderar un buque en un pabellón diferente al nacional son varias, entre ellas las tasas de registro más baratas, impuestos muy bajos o inexistentes, y la libertad de contratar mano de obra barata.
No obstante, José Manuel Ortega ha explicado que las administraciones de estos países "tienen tantos barcos que no tienen capacidad suficiente para realizar las inspecciones".
Esta responsabilidad recae en compañías clasificadoras que contrata el propio armador y "una empresa que realice esta función sea a la vez cliente del que va a ser inspeccionado es cuanto menos una incongruencia".
La deficiente inspección multiplica las posibilidades de un accidente marítimo un vertido.
Armadores
Dentro de los armadores que utilizan los pabellones "los hay buenos y malos, es decir, los que cumplen con las condiciones del barco y sólo se aprovecha de una tasa menor y otros en los que el buque presenta carencias evidentes ya que cuando un barco llega a puerto con bandera de conveniencia y malas condiciones significa problemas".
Un aspecto asociado a la bandera de conveniencia es la precariedad laboral ya que "actualmente se está llegando a salarios muy bajos, con muchos meses fuera de casa y hay embarques que se alargan excesivamente y pueden llegar hasta los 10 meses".
Entre las principales banderas de conveniencia no sólo se encuentran en paraísos fiscales lejanos como las Islas Caimán o Bahamas sino otros como Malta y Chipre.
Otros países con mejor reputación internacional podrían entrar en la lista de 32 países que la ITF considera como pabellones de conveniencia.