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La acusada de encargar la muerte de su marido dice que solo pidió que le dieran un "susto"

Porque un día antes le había comunicado su intención de separarse de ella y sospechaba que quería contraer matrimonio con su hija

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  • Juzgados. -

La mujer acusada de ordenar el asesinato de su esposo en Huércal-Overa, para la que la Fiscalía ha reclamado 22 años de prisión, ha asegurado este lunes ante un jurado popular que únicamente pidió al supuesto sicario que lo asesinó que le diese "un susto" porque un día antes le había comunicado su intención de separarse de ella y sospechaba que quería contraer matrimonio con su hija.

Ante el tribunal del jurado presidido por la magistrada Soledad Jiménez de Cisneros, la acusada, B.N.A.A. ha manifestado que la relación se había enfriado y durante el último año su esposo y ella habían dormido en camas separadas, debido a las sospechas que ésta tenía de la relación paralela que mantenía presuntamente el hombre con su hija, que era fruto de una unión previa a este matrimonio.



Según ha manifestado, el 12 de agosto de 2021 se reunió con el presunto autor material de la muerte, D.V.G., y le ofreció mil euros para que hablase con su esposo y le diese un "susto" y convencerlo para que no se divorciara. "Si lo hubiese hecho con otra mujer... Pero lo hizo con mi hija", ha expuesto la acusada.

Un día después -según su relato- el coacusado regresó a su casa y fue poco después cuando D.V.G. habría acudido al cortijo y matado a la víctima, algo que, ha insistido, no sucedió por orden suya, así como que se enteró de la muerte por una llamada telefónica que recibió su hijo, ya que el esposo a veces "se iba días enteros al cortijo y no sabía de él".

Su abogado, Alfredo Najas de la Cruz, ha incidido en que se trata de una persona con una discapacidad intelectual "grave" con mayor dificultad para controlar sus impulsos. "El encargo fue para que hablase, para hacer recapacitar (a la víctima), que reculara y no se casara. Ella ha manifestado de forma clara, espontánea, que encargó un susto. No tenía motivos para querer la muerte de su marido", ha incidido.

Asimismo, ha destacado que fue la propia mujer la que acudió a la Guardia Civil para ponerse a su disposición y confesar lo que había ocurrido.

La versión de D.V.G. es similar pero diverge en algunos puntos fundamentales, como el número de encuentros previos a la muerte del esposo de la acusada -él dice que fue solo uno-, o la propia propuesta de la mujer, ya que según él solo le pidió que hablase con su marido para que no celebrase una fiesta, ya que en la misma iba a estar su hija y temía que pudiese tener esa noche una relación con el finado.

Ha sostenido que la víctima seguía viva cuando se fue del cortijo de 'Los Cabecicos', después de fumarse un cigarro, beber una cerveza y hablar con él, y que en cuanto se enteró de su muerte fue a casa de la familia del muerto, de forma que vio allí a la acusada por primera vez tras la muerte, y no en el cementerio, como afirma ella.

El hombre no ha sabido explicar, en cualquier caso, cómo podía haber sangre en su coche.

Un agente de la Guardia Civil ha señalado que el cuerpo de la víctima se encontraba en el porche del cortijo y que éste fue el único escenario del crimen, a lo que ha añadido que estaba lleno de salpicaduras de sangre y que se encontraron una serie de huellas en una mesa, aunque dos eran del fallecido y otras cinco no han podido ser identificadas.

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