El informe Inmigración y mercado de trabajo 2010, del Observatorio Permanente de la Inmigración, analiza la situación de los colectivos inmigrantes en el mercado de trabajo el pasado año, que acabó con una tasa de paro del 18,8% para el conjunto de la población, que para los españoles fue del 16,8 y para los extranjeros del 29,7%.
Los hombres extranjeros fueron los más afectados -con una tasa del 33,1%, frente al 25,5 de las extranjeras-, sobre todo los afiliados al régimen general y autónomos, aunque los trabajadores extranjeros aumentaron su filiación en el régimen agrario y el de empleados de hogar.
Los extranjeros perdieron el 11,2% en régimen de autónomos (los españoles el 4,1) y en el régimen general el 8,4% de los afiliados (los españoles el 3,8), mientras que creció el régimen agrario, de forma que si a finales de 2008 era el 10,8% del total de los extranjeros en 2009 ascendió al 14,4 y lo protagonizaron los rumanos y búlgaros.
Por colectivos, el más dañado fue el ecuatoriano, que perdió la cuarta parte de sus ocupados, seguido del rumano y marroquí.
Según el informe, el análisis de los datos indica que la pérdida de empleo se ha dado tanto en el reglado como en el sumergido y que existe menor proporción de empleo sumergido.
El sector de la construcción continuó concentrando fuertes pérdidas de empleo junto a industria y servicios.
Los extranjeros siguen concentrados en las categorías bajas, ya que la denominada trabajadores no cualificados agrupa al 11% de los trabajadores españoles y en el caso de los extranjeros este porcentaje sube al 35,9%.
El informe señala que no se ha producido sustitución de trabajadores españoles por extranjeros, ya que en casi todas las ocupaciones en las que los españoles pierden ocupados, también los pierden los extranjeros.
En los próximos años se avanzará hacia un mercado laboral que requerirá de mano de obra cada vez más formada y seguirá habiendo ocupaciones que requerirán captación de trabajadores extranjeros”.