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Punta Umbría

Stomp vuelve a Madrid con un espectáculo de percusión y baile

Después de cuatro años de ausencia, la compañía Stomp vuelve a la capital española para hacer vibrar al público madrileño con un espectáculo que combina ?percusión, improvisación y baile?, además de sonidos sorprendentes creados con ?palos, escobas o cualquier otro objeto de chatarrería?.

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  • Pase gráfico del nuevo espectáculo de ?Stomp?, en el que se combinan danza, percusión y humor.
Después de cuatro años de ausencia, la compañía Stomp vuelve a la capital española para hacer vibrar al público madrileño con un espectáculo que combina “percusión, improvisación y baile”, además de sonidos sorprendentes creados con “palos, escobas o cualquier otro objeto de chatarrería”.

“No hacemos música tradicional, sino que creamos diferentes sonidos a través de elementos que no son instrumentos”, esplicó ayer uno de los componentes del grupo Niguel Clarke.

Después de haberse tomado un mes de descanso, la compañía viene renovada para presentar Stomp (pisotón por su traducción al español), un espectáculo “lleno de movimiento, con algunos toques cómicos y con mucha interacción con el público”, y que se podrá ver durante los días 10 y 22 de agosto en el Teatro Coliseum de Madrid.

Más de una hora y media de espectáculo en el que la danza se fusiona con la música en un espacio que va más allá de las tablas del escenario, pues el público, sentado en el patio de butacas, también será un miembro más de la función.

“Hacemos una llamada respuesta, les decimos que repitan un sonido determinado cuando les indiquemos, para que así el público tenga la sensación de haber formado parte del número”, ha comentado el estadounidense Spock. “Así se rompe la cuarta pared que normalmente hay en el teatro”, añade.

La compañía presenta, desde hace veinte años, el mismo número por todos los rincones del mundo, sin embargo, su éxito radica en la capacidad de improvisación de los bailarines que hacen de cada función un espectáculo diferente.

“El show es el mismo, aunque la aportación de cada artista es distinta, porque no tenemos una coreografía determinada, sino que, al saltar al escenario, improvisamos, así tenemos cierta libertad que hace que cada día actuemos de forma diferente”, ha explicado la bailarina londinense Laetitia Lawrence.

Formada en 1991, la compañía surgió por iniciativa de “un grupo de amigos”, amantes de la música, pero “sin dinero ni medios para crear una orquesta”.

“Sabíamos que queríamos hacer música, pero no sabíamos cómo, así que nos juntamos y decidimos hacer música con objetos que tuviéramos a nuestro alcance y que fueran gratis”, ha confesado Clarke.

Atrás quedan aquellos años en los que la compañía presentaba primera vez en Edimburgo su espectáculo, de treinta minutos.

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