El 5 de marzo de 2025 se cumplirá el primer cuarto de siglo de la muerte Luis Bellido Salguero, el eterno párroco de San Dionisio o, como solía firmar sus propios cuadros, ‘le curé de Saint Denis’. Coincidiendo con ese aniversario, Salvador Gutiérrez, José Antonio Capote y Marina Martín pretenden estrenar una película documental acerca de la vida –e incluso ‘milagros’, que de todo puede haber- de un sacerdote que dejó honda huella en la sociedad jerezana durante su largo ministerio.
“Esta iniciativa surge porque fui su monaguillo, quedé marcado para siempre por su personalidad y siempre pensé que Jerez no le había hecho el reconocimiento que merecía”, explica Salvador Gutiérrez, que ya se embarcó en una aventura similar (‘Redentores de cautivos’) vinculada en este caso a la causa mercedaria.
Para entender quién era Luis Bellido –o el ‘padre Bicicleta’, como siempre se le conoció en Jerez- es necesario adentrarse en su historia. Hijo de un banderillero, nació en 1924 y a los 14 años ya estaba en el Seminario, ordenándose sacerdote en 1949 y teniendo El Puerto de Santa María como primer destino.
Allí fue donde se le empezó a conocer con su singular apelativo, que muchos vincularon a su celeridad para oficiar las eucaristías –le bastaban veinte minutos- pero que en realidad tenía que ver con la estampa de aquel joven cura de sotana negra que utilizaba la bicicleta para desplazarse allí a donde fuera necesario.
Salvador Gutiérrez ha conseguido aquella primera bicicleta, sobre la que un actor dará vida a Luis Bellido. La película va a entremezclar testimonios de personas que conocieron de cerca al recordado párroco de San Dionisio con escenas de su vida interpretadas por actores. Todo el trabajo se está realizando de manera “desinteresada y altruista”. Tanto es así que los beneficios que pudieran obtenerse con esta producción se destinarán al Hogar San Juan.
Y es que a nadie escapa que la generosidad era uno de los rasgos distintivos del ‘padre Bicicleta’. “Dos Luis ayudó a muchísima gente y estuvo toda la vida con la misma sotana, era una persona muy desprendida”, recuerda Salvador Gutiérrez.
Cuentan que, conocedores de su generosidad, algunos vendedores de cupones a los que aún quedaban boletos antes del sorteo se acercaban a San Dionisio para que el cura se los comprase antes de cerrar la jornada. Don Luis compraba cupones y, por lógica, también era habitualmente agraciado con premios de mayor o menor importe. Lo cierto es que al día siguiente ya no le quedaba un duro en el bolsillo.
Le gustaba el fútbol, el tabaco y el humor negro… “Una vez entró una señora en la sacristía a preguntar por don Luis y antes de que lo viera cambió la voz y le dijo que se había muerto…”, cuenta Salvador Gutiérrez. El también periodista Juan Ignacio López recuerda que un día le preguntó cómo se encontraba y no dudó en soltarle un “aquí estoy, con permiso del sepulturero”.
Además de multitud de fotografías y recuerdos personales, de escenas de su vida cotidiana reinterpretada por actores y del testimonio de quienes le conocieron y trataron –incluidos sus sobrinos- la película recupera imágenes de Súper 8 donde se ve al ‘padre Bicicleta’ oficiando la eucaristía con apenas cuarenta años de edad.
La idea es que este documental pueda proyectarse en el Teatro Villamarta. “Vamos a tratar de meter allí a mil personas y lo que se recaude irá para el Hogar San Juan, porque los pobres eran una de las pasiones de don Luis. Con ‘Redentores de Cautivos’ se recogieron 30.000 euros por toda España, que entregamos a un hospital de la orden mercedaria de Camerún, y esta vez creo que podemos recaudar incluso más que entonces”, augura Salvador Gutiérrez.
Pasó por El Puerto de Santa María, por la sevillana parroquia de la Magdalena, por San Marcos, San Lucas y San Juan de los Caballeros. Pero el ‘padre Bicicleta’ será siempre recordado como el cura de San Dionisio, o ‘le curé de Saint Denis’, como a él mismo se le ocurrió firmar sus pinturas en una muestra más de ese gracejo que le caracterizaba. Genio y figura. Un cura de película.