Entre las principales novedades respecto a anteriores planes, el consejero destacó el compromiso presupuestario de la Junta, la implicación de todo el gobierno y no sólo de una Consejería, el rigor profesional ya que parte de un análisis y diagnóstico del sector y la simplificación de trámites burocráticos y reformas normativas consensuadas como la ley de cooperativas y los incentivos.
La incorporación de la innovación a los procesos productivos y a los productos y la mejora de la comercialización son otras líneas de actuación que recoge el borrador del plan, que han consensuado la Junta y los agentes sociales y que está abierto a las aportaciones del sector, expuso el consejero de Agricultura.
En la presentación de las bases de dicho programa ante los representantes de la industria agroalimentaria, Soler insistió en la necesidad de que las empresas ganen en mayor dimensión mediante concentraciones, fusiones y alianzas estratégicas para poder competir mejor en un mercado globalizado.
En este sentido, destacó la importancia económica de la agroindustria, que emplea a mas de 52.000 trabajadores en Andalucía y mueve un volumen de negocio superior a 13.000 millones, si bien el 80% son microempresas (entre uno y nueve empleados).
En el mismo acto, el vicepresidente segundo y consejero de Economía, José Antonio Griñán, resaltó que la agroindustria es la primera industria andaluza e incidió en que el reto es "conseguir una dimensión adecuada para competir" y avanzar en la internacionalización y en la innovación, que -reconoció- "es caro, pero a la larga es barato".
El presidente de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA), Santiago Herrero, valoró la implicación de todo el gobierno andaluz en el plan agroindustrial y reclamó que la Junta imprima un "sentido económico" a los fondos de cooperación bilateral, ya que se dedica mucho más a ese capítulo que a promoción comercial, alegó.
También consideró "conveniente" la creación de un centro tecnológico del sector agroindustrial andaluz y abogó por la "unidad de acción" en el desarrollo del futuro plan, ya que la dispersión normativa ralentiza su aplicación, adujo.
El secretario general de UGT-A, Manuel Pastrana, sostuvo que no deben prevalecer en el plan las medidas coyunturales a raíz de la crisis sino que se mire más a largo plazo y demandó a las empresas un compromiso con la "sociedad que le presta apoyo" de empleo y de mejora de las condiciones laborales.
En este sentido, el secretario general de CCOO-A, Francisco Carbonero, defendió beneficios razonables de las empresas y un reparto equitativo de las ganancias, al tiempo que demandó un proceso de cambio en el empresariado vinculado a una mayor dimensión, ya que la estructura actual de las empresas dificulta las inversiones y un empleo de calidad.
También consideró que este plan puede suponer el camino para avanzar hacia un cambio de modelo de crecimiento económico basado en la agroindustria, que es el sector que más depende de las decisiones que se tomen en Andalucía, precisó.
