Son algunos datos aportados por el secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho, en su comparecencia en el Congreso de los Diputados para informar sobre la evolución de la delincuencia en ese periodo, en el que la delincuencia descendió un 1,9% y en el que la Policía y la Guardia Civil tuvieron conocimiento de 1.742.817 delitos y faltas, 34.658 menos que en 2009.
Unas cifras que han permitido situar la tasa de criminalidad en ese periodo en 45,1 infracciones penales por cada mil habitantes, “la tasa más baja de toda la década”, según ha subrayado Camacho, quien ha insistido en el buen comportamiento de la eficacia policial.
Descienden los principales delitos, es decir, los que se producen contra la vida (los asesinatos y homicidios dolosos), la integridad y la libertad de las personas (bajan un 1,2) y contra el patrimonio (un 3,7), además de las faltas de lesiones y las de hurtos, que disminuyen un 1,1.
El descenso de los delitos contra el patrimonio se debe en buena medida al descenso en la tasa general de los robos (9,8 frente a 10,2 en 2009) y la caída de los robos con violencia e intimidación.