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A curarse en salud

Complejo fraterno barbateño

El odio en nuestro cuerpo genera un estado de excitación, tensión muscular, malestar gastrointestinal, elevación de la tensión arterial y sobrecarga física

Publicado: 05/12/2023 ·
16:58
· Actualizado: 05/12/2023 · 16:58
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Autor

Fernando Arévalo Rosado

Médico. Colaborador en Viva Barbate, Radio Barbate, Portal de Cádiz, SER deportivos, Onda Conil y Canal Sur (Salud al día)

A curarse en salud

Fernando Arévalo Rosado ofrece consejos y actualidad de salud sin jerga médica

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Según la mitología griega Eteocles y Polinices, hijos de Edipo y Yocasta, para recibir su herencia, por imperativo de su padre, se reparten el poder y el gobierno de Tebas a turnos, pero cuando cesa el mandato de Eteocles, Polinices se niega a entregarlo y comienza una guerra fratricida. Tal es el odio que se desencadena que Polinices se alía con los enemigos de Tebas para intentar derrotar a Eteocles en una sangrienta batalla. Al final ese combate termina cuando los dos hermanos se apuñalan entre sí muriendo ambos.

El odio en nuestro cuerpo genera un estado de excitación, tensión muscular, malestar gastrointestinal, elevación de la tensión arterial y sobrecarga física y psíquica. Es un sentimiento de antipatía, enemistad y repulsión hacia una persona, cosa o fenómeno, con el objetivo de destruir, limitar o evitar. Es decir, o no la quiero ni ver a la persona, o la ataco directamente. Curiosamente el amor romántico y el odio activan las mismas regiones del cerebro, pero el amor inhibe parte de las zonas donde se producen las ideas racionales y el odio las estimula.

El significado del odio también es variable, así no es lo mismo odiar al calor del verano, odiar hacer los deberes, o a una persona, tiene diferentes connotaciones. Sus síntomas son: insomnio, cansancio, alteraciones del sistema digestivo, daños en nuestra inmunidad, elevación de la tensión arterial, ansiedad, tristeza, agresividad, violencia, insatisfacción, pérdida de concentración... Entre sus causas podemos citar: la envidia, una baja autoestima o sentimientos de inferioridad, situaciones adversas como rupturas y engaños o esa sensación que se produce al pasar por un duelo.

Aún así el odio hacia otras personas se puede gestionar. Lo primero sería reconocer ese odio para solucionarlo, posteriormente conocer las causas de la otra persona y presentar empatía, ponernos en su lugar. También es importante para acabar con el odio la comunicación entre esas personas para compartir las emociones y buscar apoyo, permitir el perdón bien sea hacia ti o hacia ella, como forma de solucionar el conflicto y por último huir de la envidia.

Sea este artículo punto de partida para enterrar, no voy a decir odio, pero si ese malestar que se genera entre asociaciones y colectivos o sus representantes cuando se enfrentan en el mismo terreno. Siempre he presumido de la inmensa solidaridad de Barbate con quien nos necesita o nos pide ayuda, por eso me llaman la atención y me duelen determinadas actitudes que se generan sin motivo. Así me gustaría ver reunidos algún día buscando soluciones para Barbate, a mis dos amigos Javier Rodríguez y Miguel Molina y presentar sus propuestas de manera conjunta como un pacto entre ambos sin egos absurdos. Al Barbate CF colaborando con el recién creado Club de Fútbol Femenino Barbate al que debemos mostrar pleno apoyo, no porque busque una independencia, sino una subsistencia, en un deporte machista como el fútbol. Con ambas directivas socios del club contrario como primera medida.

También me gustaría que se organizara el I Trofeo de Balonmano Ciudad de Barbate o Conde de Barbate, donde las distintas categorías del Club Balonmano Barbate y Recortes de Mojama se enfrentaran junto a otros equipos y terminara con una comida de convivencia entre las dos plantillas para demostrar que Barbate tiene un potencial deportivo en general y de balonmano en particular que son la envidia de la provincia.

Igualmente desterrar esa mentalidad absurda en la que muchas veces deseamos a un negocio vecino del mismo sector que el nuestro, que le vaya mal, pensando que así nos pueda ir mejor a nosotros. Cuando la idea es totalmente la opuesta, el asociacionismo empresarial como ocurre en centros comerciales aumenta los ingresos.

Me quedo con la frase de la psicóloga Tara Brach: “el éxito de nuestra evolución ha dependido más de la cooperación que de la competencia”.

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