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España

La vida regresa a la Casa de Juan Paje tras cuatro años de obras

La remodelación ha supuesto 27 viviendas nuevas en este edificio de la calle Obispo Urquinaona

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  • El consejero de Vivienda, Juan Espadas, presidió el acto de entrega de llaves, que tuvo lugar en uno de los patios de la Casa de Juan Paje. -
  • 16 familias volvieron ayer a la finca y los 11 pisos restantes se dedicarán a realojo
  • El coste de esta intervención, ejecutada por Rayet, asciende a 2,6 millones de euros

Los reyes se han adelantado para 16 familias gaditanas del casco antiguo, que ayer volvieron a sus viviendas de la Casa de Juan Paje, en la calle Obispo Urquinaona. El edificio residencial más amplio de la provincia gaditana ya está de nuevo habitado, tras un profundo proceso de restauración que ha corrido a cargo de la Oficina de Rehabilitación de la Junta de Andalucía y cuyo importe ha supuesto 2,6 millones de euros.

Una vez más, la emoción marcó esta  jornada de entrega de llaves. Aunque en el caso de Rosario, la alegría por el regreso vino acompañada también por un sentimiento de tristeza contenida. “Es una pena que mi marido ya no se halle entre nosotros para disfrutar de esta finca”, decía con la voz entrecortada, mientras entraba en una casa que no se parece en nada a la que dejó seis años atrás.

Tan grande es la diferencia que ni María José ni José Manuel lograban reconocer el inmueble al que retornaban. Esta pareja se marchó de alquiler al Río San Pedro poco antes de que comenzaran las obras de reforma, en 2004. Y ahora, con la perspectiva del tiempo transcurrido, les costaba rememorar el lugar del que procedían. “No sé cómo podíamos vivir en aquellas condiciones tan miserables”, apuntó ella. Él, por su parte, prefería no mirar al pasado porque “mejor no recordar”.

Ambos se mostraron muy satisfechos, no sólo por el piso que reciben, sino por reencontrarse con sus antiguos vecinos. “A algunos no los veíamos desde que nos fuimos de aquí”, afirmó María José. Y es que, pese al pésimo estado que presentaba el edificio, “todos nos llevábamos bastante bien y entre nosotros había un ambiente muy familiar”, explicaron. 


TRANSFORMACIÓN ESPECTACULAR
De todos modos, los residentes no eran las únicas personas felices en el día de ayer. El arquitecto de esta emblemática actuación, el sevillano José Luis Bezos, tampoco quiso perderse este momento tan especial, que constituye el colofón a su trabajo. “Sólo espero que las familias mejoren su calidad de vida”, señaló el profesional a los periodistas allí presentes. Un objetivo que, a tenor del resultado visible, se ha conseguido con creces. No en vano, de una finca completamente abandonada, con graves problemas de habitabilidad, humedades, escasa ventilación, suelos hundidos e incluso hacinamiento se ha pasado a otra moderna, con 27 pisos de hasta cuatro dormitorios, cinco de ellos dúplex, dispuestos en zig-zag en torno a las crujías. 

Por otro lado, el acto estuvo presidido por el consejero de Vivienda y Ordenación del Territorio,  Juan Espadas, quien destacó la “garantía” y la “calidad” de esta intervención de la Oficina de Rehabilitación, que ha ejecutado la empresa Rayet. 

El responsable autonómico indicó que las once casas que quedan libres se dedicarán a realojos temporales de inquilinos afectadas también por reparaciones, a excepción de dos de ellas, que se adjudicarán en alquiler a personas provenientes de otras obras de la Junta en intramuros.

Espadas puso la Casa de Juan Paje como ejemplo de la labor que la Administración autonómica desempeña en la capital gaditana en materia de vivienda. Un cometido que desde 1999, cuando se creó la Oficina, hasta la fecha se ha saldado con una inversión de 192 millones de euros y actuaciones en 12.638 pisos.  

UNA ACTUACIÓN CON DEMASIADOS PROBLEMAS
Lo mismo que ha tenido de modélica lo ha tenido también de complicada. La remodelación de la Casa de Juan Paje no ha estado exenta de problemas desde que arrancó en mayo de 2004. 

Los trabajos contaban en un principio con un plazo de dos años. Pero éste se ha duplicado por culpa de los contratiempos que han ido surgiendo en el camino.

La complejidad de la actuación en un edificio de gran tamaño (que ocupa los números 19, 21, 23, 25 y 27 de la calle Obispo Urquinaona) y el ritmo imprimido por la adjudicataria, Rayet, explican el retraso. Y a ello se suma el accidente laboral en el que falleció un operario, en abril de este año. 

La Policía no detectó entonces indicios de responsabilidad penal, pero las obras se pararon para la investigación y no volvieron a reanudarse hasta el verano. El último escollo ha sido la colocación de un transformador, que ha demorado más de un mes la entrega definitiva de las llaves.

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