En La Fugitiva, el escritor y ex vicepresidente nicaragüense indaga en “el martirio de ser diferente”, en la carga tan “dura” que puede suponer a veces la belleza, explica a Efe Ramírez, quien presentó hoy en Madrid la novela publicada por Alfaguara.
Convencido de que para un escritor “el primer deber” es buscar “la mayor dificultad”, el autor se mete en la piel de tres mujeres que evocan desde su ancianidad sus recuerdos, su forma de ver el mundo y su amistad con Amanda Solano, la protagonista de esta ficción inspirada en la costarricense Yolanda Oreamuno.
Una escritora convertida en “leyenda”, precisa el escritor, quien la conoció cuando vivió en Costa Rica en los años sesenta. Una mujer que le “deslumbró” por su belleza y le sorprendió por su carrera literaria, que no se ajustaba al canon regional del momento.
Alguien que “luchó siempre por un lugar para sí misma y lo pagó muy caro”, aclara el autor, nacido en 1942 en Masatepe, Nicaragua, y reconocido con premios como el Alfaguara de Novela por Margarita, está linda la mar.
Una sociedad, que según el escritor, ha experimentado cambios “pero no los suficientes”, ya que América Latina
es esencialmente “patriarcal”, quizás, reflexiona, por un asunto “cultural” .
“El papel de la mujer sigue estando subordinado” a los hombres quien observa en su país “mucha violencia familiar”.