El cantaor jerezano Jesús Méndez será este viernes el encargado de abrir en Viana (Navarra) el festival Flamenco on Fire, una cita dedicada a un género que “ha cambiado igual que cambia la vida”, algo no necesariamente negativo ya que “hay mucha gente joven preparada” y “lo que se está haciendo hoy en día tiene mucha calidad”.
Lo dice en entrevista con EFE horas antes de abrir el Flamenco on Fire 2024 con ‘Los pasitos que yo doy’, propuesta con la que homenajea a los artistas que más han influido en su carrera, como Tomás Pavón, la Terremoto, el tío Borrico, la Niña de los Peines, Antonio Mairena, Camarón o, cómo no, su tía la Paquera de Jerez.Considera a esta estandarte de una familia que “siempre ha dado artistas” aunque muchos de ellos no se hayan ganado la vida con ello, asegura.
Su realidad, reconoce, dista de la de estos grandes maestros del pasado y es que “el flamenco ha cambiado igual que cambia la vida”. Se ha pasado de esos patios de vecinos donde se reunían familias cantaoras para “compartir todo el divertimento que tenían, que era el flamenco”, a una sociedad mucho más “individualista” marcada por las comodidades y oportunidades que cada uno tiene en su casa.
Muy optimista con el futuro del flamenco
A pesar de los cambios Méndez se muestra muy optimista con el futuro de este género, y destaca que “hay mucha gente joven muy preparada que sabe lo que es el flamenco” y ofrece todo tipo de propuestas con “mucha vanguardia y flamenco tradicional” que, a su parecer, “se está haciendo con mucha calidad”.
El artista asegura que siempre que mira al pasado lo hace “con añoranza” recordando a la gente que ha estado en su vida profesional y personal y ya no está. Es este un sentimiento que en citas como la de “un festival de tanta importancia” como el Flamenco On Fire se incrementa al pensar que personas como su abuelo o sus tíos se están perdiendo algunos de sus éxitos.
El tiempo ha influido también en él mismo, y es que su cante ha tenido un gran cambio con los años. “Cuando empiezas tiras por lo que conoces, lo que has escuchado en tu familia y tu ámbito más cercano, pero luego sales y empiezas a conocer a los grandes maestros, a escuchar más y a cantar más”, comenta.
Este proceso, señala, influye también en la confianza de uno mismo que crece a medida que “vas cantando más y conoces tu propia voz” forjándose también una identidad artística cimentada en “encontrar un camino donde te sientes seguro y puedes disfrutar sobre el escenario, que al fin y al cabo es lo más importante para que disfrute el público”.
Sin dejar de mirar al pasado tiene la vista puesta también en un futuro cargado de trabajo, y es que tras un año con intensa actividad tiene aún por delante la Bienal de Sevilla, una gira por Japón y retomar la grabación de su nuevo disco. En este trabajo aún sigue buscando un concepto que lo enmarque pero del que adelanta que será cante clásico.
Su próxima parada será este viernes a las 21.00 horas en las ruinas de San Pedro de Viana, un espacio desconocido para el artista y del que le han hablado “muy bien” pero del que no ha querido siquiera ver fotos porque le gustaría “descubrirlo en persona” y dejarse llevar.