Los datos actualizados ayer por las agencias de gestión de emergencias de los respectivos estados reflejan que el temporal ha costado la vida a 254 personas en Alabama, 34 en Tennessee, 33 en Misisipi, 15 en Georgia, 5 en Virginia y una en Arkansas.
La cifra total de fallecidos ya es la peor desde la tormenta del 18 de marzo de 1925, que barrió siete estados y dejó 747 víctimas mortales, según los registros del Servicio Nacional de Meteorología.
Mientras los equipos de emergencia continuaban las tareas de rescate de los cientos de desaparecidos en los seis estados afectados y proseguían con el recuento de los muertos, decenas de supervivientes se preparaban hoy para enterrar a los seres queridos que fallecieron en la oleada de tormentas y tornados.
Sólo en Tuscaloosa, la ciudad más devastada de Alabama (sureste del país), el número de víctimas ascendió el viernes a 45, un total superior al de cualquiera de los otros cinco estados afectados por las tormentas.
El presidente estadounidense, Barack Obama, firmó la noche del viernes una declaración de desastre en
Georgia, que podrá beneficiarse así de fondos federales para aliviar los efectos del temporal.
En Alabama, el mandatario ha declarado el estado de “desastre mayúsculo”, tras evaluar la situación en su visita el viernes a Alabama y reconocer que nunca había visto “una devastación semejante”.