Con esa conciencia, decenas de personas fueron respondiendo de forma ejemplar a la ley, sin alterar el normal funcionamiento del proceso electoral, y manifestando su oposición a un sistema que aleja de la toma de decisiones al ciudadano, lo margina y lo convierte en un objeto en manos de los poderes económicos.
Estas eran las principales proclamas que se dejaron sentir a lo largo de todo el día en la plaza Alta, empapelada por completo de pancartas que fueron realizándose en la noche del pasado viernes, cuando los convocados pasaron la primera noche en la misma.
Perfectamente organizados, y siguiendo las consignas que llegaban desde la organización central, en la Puerta del Sol, decenas de personas se fueron agrupando en comisiones, para poder llevar a cabo un trabajo que, aseguran, continuará después de las elecciones con el objetivo de que los ciudadanos alcancen una verdadera toma de decisiones en los asuntos públicos.
A las 19.00 horas se organizó una asamblea para informar a los convocados y para votar las proclamas, que pasaron por el rechazo a la corrupción, al enriquecimiento político y a la marginación del ciudadano.
A la hora del cierre de esta edición, la plaza Alta seguía convertido en el improvisado cuartel general de un movimiento decidido a pasar una noche más en la calle.