Esta notificación se produce, además, cinco meses después de que la Junta ordenara el cierre del actual albergue de la orden franciscana, situado anexo a la obra del futuro edificio, lo que obligó a trasladar a todos los ancianos que allí se encontraban a residencias de Algeciras, Chiclana y San Fernando.
“Ahora los ancianos no pueden venir a ninguno de los dos centros”, explicaba ayer un contrariado Isidoro Macías, fraile de la Cruz Blanca conocido popularmente como Padre Patera.
“Es una pena. Los ancianos siguen repartidos en residencias de distintos lugares. Uno de ellos murió de pena hace varios meses, en la residencia de San José Artesano. Murió de un infarto, pero yo creo que fue la pena de que se fue de aquí”, asegura Isidoro Macías.
Para el Padre Patera, ha sido una auténtica “tragedia” la dispersión de los ancianos en centros de Algeciras, Chiclana y San Fernando: “ha sido quitarles el camino de la casa al mercado, dar la vueltecita por el mercado, comprar su kilo de naranjas. Les han quitado la vida. Cuando vamos allí nos dicen que cuándo se pueden venir con nosotros. Nos dijeron que sería cuestión de varios meses, pero nada de nada”.
Ahora, la Junta de Andalucía les ha comunicado que el nuevo albergue que se está construyendo en el municipio no reúne las condiciones para la ubicación de ancianos. Se da la circunstancia de que dicho centro vendrá a cubrir el absoluto vacío existente en la zona en cuanto a centros de estas características, ni privados ni públicos.
En concreto, los requisitos planteados por la Administración autonómica pasan por exigencias de carácter dimensional. En este sentido, uno de los principales motivos de la notificación de la Junta de Andalucía es que el pasillo del edificio tiene que tener dos metros y medio, y el actual no llega a dicha cifra. Igualmente, se exige que las puertas sean más grandes, para ajustarse a la legislación. Por ello, prohíbe a la Cruz Blanca albergar a ancianos en dicho centro.
Para inmigrantes
La Cruz Blanca se encuentra actualmente estudiando cuáles serán los futuros usos que tendrá el albergue, en vista de que no ha sido cualificado para albergar ancianos. La principal opción que contemplan es la de trasladar allí a mujeres inmigrantes.
Actualmente, la Cruz Blanca acoge a este colectivo en dos pisos ubicados en la avenida Victoria Eugenia. En concreto, atiende en la actualidad a dos matrimonios, dos mujeres y cinco niños.
Destinar el futuro albergue para estos usos, según reconoció ayer el Padre Patera, permitiría admitir a muchas más inmigrantes de las que actualmente puede asumir la orden franciscana en el municipio, por lo que se trata del uso más probable que, finalmente, se destine al inmueble, “si no hay que hacer muchas reformas”, puntualiza Macías.
Mientras tanto, los ancianos que cuidaba la orden franciscana tendrán que resignarse a no volver al centro, ni tampoco en entrar en el nuevo albergue.