La prestigiosa Peña El Taranto de Almería acogerá este próximo viernes, 17 de enero, el binomio conformado por el cante de Tomás Rubichi y la guitarra de Antonio Higuero. Serán los encargados de llevar el mejor flamenco jerezano hasta este sagrario jondo de la Andalucía oriental, casa fundada en 1963 y que es hoy por hoy una de las grandes referencias del campo asociativo de la cultura en la región, no en balde, ostenta determinados reconocimientos por su gran aportación a la divulgación flamenca como la Medalla de Oro en las Bellas Artes concedida en 2019 por el Ministerio de Cultura.
En cuanto a los artistas, Jerez en pura esencia, “llevamos un tiempo juntos desde que coincidimos una noche en la Peña Buena Gente de Jerez, en mayo del 23”, cuenta Antonio Higuero, “y ninguno queríamos bajarnos del escenario de los que estábamos disfrutando”, apostilla Tomás. El cantaor es sobrino del recordado Diego Rubichi, nieto por tanto del legendario Tío Mingo Rubichi, un importante creador de estilos por bulerías, y recuerda una niñez “llena de cante, con mi mare cantando por seguiriyas, y eso es lo que a uno le sale cuando se enfrenta a un público”. Han pasado por peñas como la de José Mercé, en Chipiona, la de San Roque, “que estaba toda la familia de Canela escuchándonos”, en Soria o en Almería, en la Peña El Ciego de la Playa.
Por su parte, el guitarrista se muestra más que seguro de que “Tomás es una de las voces que más me interesan del momento, debe estar presente en más carteles, peñas o festivales, y no digo esto por vender sino porque es así. El cante de él -refiriéndose al cantaor- nos lleva a otra época, como aquella que yo viví en la peña El Chalao y en la que se escuchaba a grandes aficionados”, recuerda.
“Intento exigirme mucho cuando canto, sobre todo porque el que me acompaña a la guitarra no es cualquiera y yo tengo que estar al nivel”, dice Tomás, que admira de igual forma a un Higuero que acompaña habitualmente a Alonso Rancapino Chico o a José Mercé, o a otros como Jesús Méndez o Macanita. Respecto a ello, el tocaor recuerda sus primeros años junto al Nano de Jerez, “que me dio la oportunidad y es importante no olvidarse de dónde venimos, luego ya me sumé a las giras de Antonio Reyes y la vida me puso al lado de Fernando Terremoto Hijo”.
El cantaor afronta, pues, su actuación del viernes con entusiasmo y “esperando que me coja bien, yo intento darlo todo y arriesgarme, no me quedo con nada, pero también es verdad que en un sitio te coge de una manera y en otro de otro porque depende también de la voz y la garganta… y en estos tiempos de frío”, dice Tomás al que parece no preocuparle la cantidad de contratos que tiene cara al 2025, pues “yo creo que la prisa no es buena, lo importante es dar pasos y estar en sitios buenos, que te escuchen y que tengamos para comer todos los días. Muchos se creen que esto es llegar y ser artista, y yo me considero un gran aficionado”. Además, en tono jocoso, “tengo a mi hijo Bernardo que me va a quitar el puesto”. Su hijo es un joven que ganó el Premio Revelación del ciclo De Peña en Peña del Festival de Jerez y actuará este año en el certamen un con grupo de jóvenes que han grabado, además, un documental. Otra de las grandes citas que tienen en mente ambos artistas es la del 12 de junio en el Círculo Flamenco de Madrid, “y seguro otras que irán saliendo para la primavera”.
El ciclo en El Taranto continuará el 31 de enero con la presencia de Raúl Montesinos y la guitarra de Antonio Carrión, recital que forma parte del homenaje a Francisco Moreno Galván en el centenario de su nacimiento.
