La regulación de estos supuestos se extrae del nuevo decreto de calidad del aire aprobado el pasado martes por el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía, que sustituye al vigente desde 1996.
Respecto a la regulación de los olores, el decreto faculta a la Consejería de Medio Ambiente para requerir a los titulares de actividades potencialmente contaminantes, tanto con carácter previo como con posterioridad a su inicio, la realización de estudios sobre el impacto en el entorno y la adopción en su caso de medidas correctoras, que afectarán sobre todo a instalaciones de gestión de residuos e industrias químicas.
El conjunto de medidas referentes a las emisiones tiene como principal objetivo reforzar y ampliar las iniciativas contra la contaminación atmosférica impulsadas tanto por las administraciones como por el sector privado, que tienen su origen en los primeros planes correctores en las concentraciones industriales de la Bahía de Algeciras.
Para todos los contaminantes atmosféricos, el decreto regula la autorización de emisiones prevista en la Ley de Gestión Integrada de la Calidad Ambiental de Andalucía, de modo que en cada permiso se fijan los valores límites según la calidad ambiental.