El 8 de marzo no es un día para felicitaciones vacías ni para campañas publicitarias que tiñen todo de rosa o morado.
Es un día para hablar claro, para visibilizar el camino que hemos recorrido y, sobre todo, el que aún nos queda por conquistar.
Hablemos del liderazgo femenino, de la realidad a la que nos enfrentamos las mujeres cuando queremos crecer profesionalmente sin que eso signifique renunciar a nuestra vida personal.
Hablemos de cómo estamos transformando el mundo empresarial con nuestra capacidad, nuestra empatía y nuestra visión estratégica.
La paradoja del éxito: carrera profesional vs. vida personal
Aún en pleno 2025, muchas mujeres siguen enfrentando una disyuntiva que los hombres rara vez consideran: avanzar en la carrera profesional o priorizar la vida personal.
Y la pregunta incómoda sigue presente en entrevistas de trabajo: "¿Tienes pensado ser madre?". Mientras que la paternidad rara vez se cuestiona como un obstáculo en la carrera de un hombre, la maternidad sigue viéndose como un factor de riesgo en la de una mujer.
Los datos son claros.
Según un estudio del Banco Mundial, solo el 50% de las mujeres en edad de trabajar están activas en el mercado laboral, en comparación con el 80% de los hombres. Además, el informe "Women in Business" de Grant Thornton reveló que solo el 32% de los puestos de liderazgo en empresas a nivel global están ocupados por mujeres.
Entonces, ¿qué hacemos ante esto?
Lo primero, dejar de preguntarnos si podemos tenerlo todo y empezar a exigir estructuras empresariales que permitan la conciliación sin penalizaciones. Lo segundo, apoyarnos entre nosotras para que las que vienen detrás encuentren un camino menos empedrado.
Las mujeres como líderes del futuro (y del presente)
Está demostrado que las empresas con mujeres en puestos de liderazgo son más rentables y resilientes. Según McKinsey & Company, las compañías con mayor diversidad de género en sus equipos directivos tienen un 25% más de probabilidades de superar a sus competidores en términos de rentabilidad.
¿Por qué? Porque las mujeres aportamos una visión más integral de los negocios, una mayor capacidad de gestión del talento y una empatía que se traduce en mejores ambientes laborales y mayor productividad.
Pero esto no va solo de números.
Va de un estilo de liderazgo que pone en el centro la cooperación, la escucha activa y la toma de decisiones con impacto a largo plazo. Nos han dicho durante años que hay que "liderar como un hombre", cuando en realidad, la clave del éxito está en liderar desde nuestra autenticidad, sin necesidad de encajar en moldes preestablecidos.
Sororidad y estrategia: claves para nuestro posicionamiento
Una mujer sola puede llegar lejos, pero juntas podemos cambiar el sistema.
Aún queda mucho por hacer para romper los techos de cristal que nos siguen limitando y la clave está en entender que el éxito de una es el éxito de todas.
Apostemos por el networking real entre mujeres, por impulsar y recomendar a otras cuando haya una oportunidad.
Si queremos más mujeres en posiciones de poder, tenemos que asegurarnos de que haya referentes visibles, mentorías efectivas y políticas empresariales que realmente fomenten la igualdad. Y, sobre todo, tenemos que dejar de lado la creencia de que hay sitio solo para unas pocas. Cuando una mujer asciende, no ocupa el lugar de otra: abre la puerta para muchas más.
El cambio ya está aquí
El liderazgo femenino no es una tendencia ni una cuota que llenar, es una necesidad empresarial y social. No queremos seguir justificando nuestra presencia en las salas de juntas, queremos transformar la manera en la que se toman decisiones. La pregunta ya no es si estamos preparadas para liderar, porque siempre lo hemos estado. La pregunta es si el mundo está listo para aceptar la revolución que estamos llevando a cabo.
Este 8 de marzo no queremos flores ni discursos vacíos. Queremos compromiso, queremos acción y queremos resultados. Porque ya no estamos pidiendo un espacio en la mesa: estamos creando nuestras propias mesas. Y en ellas, hay sitio para todas.
*Estefanía Jaime es periodista