La señal de alarma se encendió después del reciente anuncio del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, que gobierna Egipto desde la caída de Mubarak el 11 de febrero, de que los nuevos gobernadores de las provincias egipcias no podrán ser mujeres “por cuestiones de seguridad”.
“Es falso”, sentenció la portavoz del Centro Egipcio para los Derechos de la Mujer, Marua Mujtar, que argumentó que “las circunstancias de seguridad amenazan a hombres y a mujeres por igual”.
Estas quejas se suman a las voces que critican que solo uno de los 28 ministerios egipcios esté encabezado por una mujer o que la nueva ley electoral haya eliminado la cuota fija para mujeres en el Parlamento, que existía durante el período de Mubarak.
La exparlamentaria Laila Takla, que fue también la primera mujer en presidir una comisión en el Parlamento egipcio, alertó de los peligros que entraña el radicalismo religioso.