Los trabajadores han recibido hoy la visita del portavoz de IU en el ayuntamiento sevillano, Antonio Rodrigo Torrijos acompañado de la concejala Josefa Medrano, quienes han mostrado su apoyo incondicional al colectivo, y han manifestado su deseo de encontrar una solución.
Martínez ha agradecido enormemente el gesto de Izquierda Unida, y ha pedido al resto de partidos que no los abandonen, “como ha hecho la Junta”.
Por su parte, los secretarios generales de CCOO-A y UGT-A, Francisco Carbonero y Manuel Pastrana han coincidido en la mala gestión del conflicto por parte de la Junta en una entrevista concedida a Canal Sur.
Pastrana afirma que la Junta no ha sido capaz de encontrar una salida, pero asegura que existen entidades financieras que tendrían en su mano, en gran medida la salida del conflicto a través de un inversor privado del sector.
Carbonero ha asegurado que el único problema en este momento es la financiación, ya que los barcos están a medio construir y por el momento no hay que buscar más. Según el secretario general de UGT-A, si encontraran financiación para el astillero se podrían crear mas de 1.000 empleos en un plazo de mes y medio.
El líder sindical ha recordado también que el gobierno de España fue el encargado de adjudicar la empresa al empresario Rafael Gómez Naranjo, propietario del astillero de Huelva, que ya arrastraba una situación insostenible: "Este señor ha llevado a los astilleros de Huelva al desastre, y ahora también a los de Sevilla, pero ahora firma con la Junta ciertos compromisos sobre los trabajadores que la Junta no puede cumplir y tiene imposibilidad de buscar la solución al problema de financiación, pues además la administración está corta de recursos".
Mientras tanto, los empleados continúan con su encierro y reunidos en asamblea, decidiendo si dan la jornada por terminada o si por el contrario pasan nuevamente a la acción.
Un futuro sin un proyecto industrial privado ni viable
La situación en el astillero sevillano se ha vuelto insostenible. Después de varios expedientes de regulación, problemas de financiación, prejubilaciones, despidos y un sin fin de manifestaciones, todo parece indicar que la factoría tendrá que echar el cierre, al menos por el momento, debido a la falta de financiación y a la inexistencia de un proyecto viable para mantenerla abierta.
Los trabajadores, que protagonizan desde el viernes un encierro en la fábrica, se niegan a aceptar el cierre decidido por la empresa y siguen pidiendo responsabilidades a la Junta. El lunes cortaban la carretera de la Esclusa durante cuatro horas levantando barricadas con neumáticos, maderas y vehículos quemados, lo que derivó en un enfrentamiento con la Policía, que lanzó botes de humo y pelotas de goma. Desde el comité de empresa aseguran que continuarán con el encierro y las “acciones sorpresa” hasta lograr la reactivación de la fábrica.
Mientras, la Junta parece haber renunciado a seguir ayudando al astillero. El consejero de Economía, Innovación y Ciencia, Antonio Ávila, volvió a insistir en que no hay “ningún proyecto industrial susceptible de ser apoyado por la Junta” y que han hecho lo que han podido para salvar la factoría, aunque ha garantizado el apoyo a los trabajadores afectados desde el punto de vista socio-laboral.
La Junta, según Ávila, ha estado en este tiempo “en una tarea de identificación, búsqueda de proyectos industriales, valoraciones económicas, buscar a quien sabe hacer y es capaz de hacer barcos y si estaba dispuesto a asumir un proyecto industrial relevante para esta empresa”.
Mientras, el titular de Empleo, Manuel Recio, reiteraba que la única solución para la factoría pasa por la entrada de capital privado y que se apotará cualquier proyecto que quiera reactivar la factoría siempre que sea “obligatoriamente privado y viable”.
Por su parte, el secretario general de UGT-A, Manuel Pastrana, ha afirmado en Huelva que el Banco Santander, principal acreedor del astillero, podría tener la llave para impedir su cierre si facilitara la entrada de otras empresas articulando una fórmula de devolución de la deuda distinta a la actual. Según Pastrana, aunque podría intervenir, el Santander “no está por la labor”.
Por su parte, Francisco Carbonero, de CCOO-A, ha asegurado que con los barcos “a medio construir” que tiene Astilleros se “posibilita la creación inmediata, en pocas semanas, de más de 1.000 puestos de trabajo”.
Este podría ser el último capítulo de una factoría que abrió sus puertas en 1953. En los años 80, durante su mejor época, llegó a contar con mas de 5.000 trabajadores. En la actualidad quedan unos 80 empleados, de los cuales 26 podrían ser recolocados en la factoría Navantia, de Puerto Real.