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España

La Policía Nacional resta credibilidad a la nueva pista

Señalan que existen incoherencias de fechas y situaciones en la carta que remitió un preso al juzgado de guardia

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La Policía Nacional no da demasiada fiabilidad a la carta remitida hace unos días por un preso al juzgado de Guardia de Sevilla en la que relata que otro reo, que había compartido celda en la cárcel de Morón de la Frontera con el asesino confeso Miguel Carcaño, aseguró que éste le habría confesado que el Cuco y otro cómplice habían quemado el cuerpo de Marta del Castillo para después haber escondido las cenizas.

La carta, que fue recibida por la juez de instrucción número 4, Mercedes Alaya, que se encontraba de guardia, fue remitida inmediatamente al juez de instrucción 4, Francisco de Asís Molina, el cual mantiene una pieza abierta para la búsqueda del cadáver de la joven. Molina, tras recibir la misiva, ordenó a la Policía Nacional que averiguara la veracidad de este relato, al igual que hace siempre con el resto de pistas e indicios que les llegan asiduamente.

Después de que la Policía haya examinado la carta y haya comprobado algunas incongruencias en la misma, el comisario jefe de la brigada provincial de la Policía Judicial, Manuel Piedrabuena, se encuentra elaborando un informe al respecto que después remitirá al juez.

Según la carta, en uno de los traslados y en un descuido de la Policía, el Cuco y Carcaño se pusieron de acuerdo para señalar como paradero del cuerpo de Marta la versión del río Guadalquivir. “En uno de los traslados -señala el preso en la misiva- no sé si a comisaría o al juzgado, por un despiste de la Policía los pusieron en celdas próximas y uno de los otros le dijo que cuando le preguntasen por el paradero de Marta dijera que la habían arrojado al río”.

Según fuentes policiales, la carta presenta una serie de incoherencias tales como que Carcaño fue el primero en ser detenido y confesar, mientras que Samuel fue arrestado horas más tarde, y el Cuco a los dos días. Además, por ser éste último menor de edad cuando sucedieron los hechos, no fue encerrado en ningún calabozo sino en un cuartillo, por lo que no pudieron coincidir.

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