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La Gaviota denuncia una grave falta de apoyo escolar a una menor con discapacidad en el colegio de Valdelagrana

La delegada provincial de Educación se inhibe en buscar una solución a unos padres desesperados por la deficiente escolarización de su hija con discapacidad

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La Gaviota denuncia la falta de apoyo escolar a una menor con discapacidad en el colegio de Valdelagrana. Apuntan que "la niña de diez años de edad está escolarizada en el Ceip Valdelagrana. Padece una parálisis cerebral que le afecta a nivel motor, de modo que precisa del uso de silla de ruedas y otros apoyos para el desarrollo de sus actividades en el centro escolar y fuera de él. Desde que se escolarizó en Educación Infantil ha encontrado problemas por la falta de medios en los diferentes centros escolares en los que ha estado. No obstante esa falta de medios se ha ido compensando con una actitud de diálogo y de apoyo por parte de los que se han visto involucrados en su proceso educativo".

Desde la entidad explican que desde junio de 2011 la situación ha variado de forma sustancial. Los principales problemas que se han encontrado en su actual centro se refieren a las barreras arquitectónicas  y a la falta de monitores. Ambas circunstancias han dado lugar a que se dificulte su autonomía y la igualdad con respecto a los demás compañeros, viéndose incluso afectada a nivel físico y psicológico. "Nos referimos a las dificultades que encuentra por no existir un baño adaptado; al hecho de que para desplazarse por el centro escolar tenga que hacer el recorrido por el patio en lugar de hacerlo dentro del centro como hacen los demás compañeros y con independencia de la situación climatológica, y todo ello por haberse caído en una ocasión; a que las transiciones se han estado efectuando con grúa pero dejando los arneses puestos durante toda la jornada escolar; a que para asistir a las diferentes excursiones han tenido que llevarla sus padres por no haber monitores suficientes o no estar adaptado el transporte, etcétera".

Sin embargo, el principal problema no es la falta de medios, sino la actitud de algunas de las personas de la organización educativa, que en lugar de cubrir la falta de recursos con una actitud de ayuda y acompañamiento, como antes se hizo, han reaccionado con hermetismo y falta de apoyo y sensibilidad hacia una menor discapacitada, indican.

Desde junio de 2011, "por los padres se han presentado más de diez escritos, dirigidos a la dirección del centro, la inspección de zona y la delegada provincial de Educación. Sólo se ha recibido respuesta por escrito a uno de ellos, a pesar de haberse solicitado expresamente. No se ha permitido que los padres asistan a las diferentes reuniones a las que han sido convocados ni acompañados ni representados jurídicamente, aunque también se ha solicitado por escrito. No se ha permitido que La Gaviota actuase como mediadora  a pesar de haberlo solicitado por escrito también, su presidente. Se ha ofrecido también por escrito la colaboración de un monitor para el último trimestre escolar, preparado y pagado por Fegadi, teniendo que facilitar el centro únicamente el horario más oportuno y su autorización, oferta a la que tampoco han respondido. La delegada provincial no ha concedido aún una cita a pesar de haberse solicitado también por escrito.
No hay ningún tipo de respuesta, ya sea positiva o negativa, solo el silencio y el hermetismo en todo y cada uno de los estamentos de la Administración educativa".

Por ello añaden que las consecuencias de ello son la falta de favorecimiento de la igualdad y la integración. Existen muchos derechos reconocidos por diversas leyes, pero lo cierto es que a la hora de la verdad no son más que papel mojado. Parece que las personas con discapacidad tienen que “mendigar” el respeto a unos derechos que ya están reconocidos, pero que en la práctica no se respetan.

Finalizan atestiguando que "estas líneas responden a la impotencia de unos padres que ven como se discrimina a su hija y por más que se esfuerzan por solucionar los problemas por los cauces establecidos, no se encuentran más que la callada por respuesta. Esa impotencia les lleva a denunciar esta situación públicamente en un intento más de que se resuelva la misma por un lado, y por otro de ponerlo en conocimiento de los medios, porque igual que a ellos, mañana le puede ocurrir a cualquiera de los que leen estas líneas".

 

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