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Parados, pero con título de idiomas

La Escuela Oficial de Idiomas ha iniciado el nuevo curso con las vistas puestas en la bodega Valdespino, cuyas obras, según la alcaldesa, acabarán en un mes. Como novedad, este año un gran porcentaje del primer curso de las clases presenciales corresponde a desempleados, colectivo que ha tenido prio

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  • El centro quiere trasladarse cuanto antes. -

La Escuela Oficial de Idiomas afronta “desbordada” y más llena que nunca el que deberá de ser su último año con los alumnos divididos entre su sede de la calle Taxdirt y las aulas del IES Santa Isabel de Hungría ante la falta de espacio en el edificio principal.  La directora, Ana Fernández, es optimista y cree que para 2013 la mudanza al antiguo casco de la Bodega Valdespino será una realidad. “Voy todos los viernes a ver la obra”, asegura. A juzgar por los plazos que baraja el Ayuntamiento, los trabajos deberán estar listos en un mes y después será la Junta la que deberá equipar las instalaciones. El centro, según dijo ayer mismo la alcaldesa, quiere trasladarse en enero.


Es más que entendible. Requieren de “forma urgente” más espacio, y basta con entrar y ver los bultos que se acumulan a la entrada y al fondo de las instalaciones para apreciar esta necesidad tan acuciante. Este curso tendría que ser el último en estas circunstancias, pero no por ello ha dejado de ser el menos intenso. Todo lo contrario. La crisis económica y la casi obligatoriedad de formarse en materia de idiomas ha multiplicado en los tres últimos años la demanda de alumnos, que sigue aumentando, y el curso actual ha batido todos los récords. “Por primera vez se han llenado todas las modalidades, desde presencial, semipresencial y hasta el curso a distancia That’s English, que nunca hasta este año había dejado a gente fuera”, explica Fernández. 
En total, sumando todas las disciplinas, cada una de las cuales tiene criterios de admisión diferentes, son 2.300 los alumnos “de todas las edades”, que se preparan para obtener un título oficial de idiomas, de los cuales más de 1.000  lo hacen a distancia, la última modalidad ofrecida por la Escuela desde el pasado curso. Todos lo hacen por 70 euros al año y tienen opción a beca y descuento por familia numerosa, lo que explica el interés que cada año despierta  el proceso de preinscripción para optar a una plaza. Obtienen título oficial, (B1, B2, C1 y C2), y la mayoría, cuando empieza con el primero de los cursos “quiere seguir y terminar el resto”, señala. Si al precio económico se suma que ya para titulaciones propias exigen estos certificados oficiales de ámbito europeo, las colas ante el edificio de la calle Taxdirt son más que entendibles, pues sólo prepararse para un título de estas características en academias particulares puede costar desde 300 euros en adelante.  


El problema es que cada año es más complicado y en este último curso, además, el abanico de opciones se ha reducido aún más, al menos en las clases presenciales, ante la nueva orden aprobada por la Junta para las EOI (Escuela Oficial de Idiomas), pero hay colectivos como los desempleados, que salen ganando. Es la novedad principal del proceso de admisión para el presente curso, ya que a raíz de los cambios introducidos, los parados cuentan con más posibilidades que otros años para optar a una plaza.


Así lo recoge la orden sobre las EOI del pasado 20 de abril, según la cual se adjudicarán las plazas vacantes a las personas solicitantes que estén en situación de desempleados con una antigüedad, al menos, de seis meses, y que tengan una titulación superior o de graduado en Educación Secundaria, como mínimo. De esta forma, la Junta pretende que la EOI se convierta en un instrumento útil para los parados con dicha titulación que puedan con esta formación mejorar su dominio en una lengua extranjera, ya sea inglés, francés o alemán. Desde la dirección de la Escuela lo ven “positivo”, sobre todo porque este centro se abre a los problemas actuales y, de esta forma, se “incentiva” a un colectivo como el de los parados.


Como consecuencia, un alto porcentaje de los alumnos del primer curso que han sido admitidos este año son desempleados, mientras que para el resto de las dos modalidades continúa siendo la renta (siempre de menor a mayor) el principal requisito para poder beneficiarse de estos estudios de idiomas. Tal y como están las cosas es más que probable que este condicionante de tener acreditado seis meses de desempleo en el INEM se repita de aquí en adelante, con lo que, eso sí, hay menos oportunidades para el resto de interesados.

El 60% se queda fuera
En concreto, según datos de la dirección de la Escuela de Idiomas, del total de demandantes que piden una plaza el 60% suele quedarse fuera, e incluso las cifras reales pueden ser mucho más elevadas, puesto que aunque hay un sector más fiel que solicita sin éxito su plaza cada año, también hay otros que tiran la toalla y “se desesperan” ya que, como reconocen desde dirección, “es difícil entrar”.


El que el curso That’s English (a distancia) haya dejado fuera por primera vez a demandantes es la mejor evidencia del interés por aprender idiomas. “Nunca nos había pasado, ofrecíamos unas 1.000 plazas aproximadamente y siempre quedaba alguna, con lo que todo el que lo solicitaba entraba. La oferta en todo ha sido la misma, pero la diferencia es que todo lo que se ha ofrecido se ha llenado”.


En cuanto al perfil, no hay uno claro, puesto que a las instalaciones de Taxdirt y las aulas del IES Santa Isabel de Hungría -donde acude el 60 por ciento  del total del alumnado- van dos veces por semana personas “de todas las edades”. Desde menores que lo compaginan con sus estudios y suelen hacerlo por la tarde, hasta jóvenes y adultos en paro o aquellos que trabajan y  van dos días por semana a estudiar idiomas. La Escuela de Idiomas abre todos los días en horario de mañana y tarde y normalmente es el primero el que reúne a alumnos más mayores.

Hay prisas por aprender alemán

La canciller alemana Angela Merkel lleva mucho tiempo diciendo que en el país en el que gobierna hay trabajo y la demanda de su mercado laboral también ha tenido un claro reflejo en la Escuela de Idiomas de Jerez. Allí también cada vez hay más prisas por aprender alemán, y aunque el inglés sigue siendo el más reclamado, el interés por el idioma del país germano también ha subido considerablemente en los últimos años, seguido del francés.
Cada vez hay más conciencia, principalmente por razones de trabajo, de que esta lengua no puede dejarse de lado, y son muchos los que, pese a las dificultades, se decantan cada vez más por ella.
Para ello, tanto para este idioma como para el resto, los alumnos matriculados cuentan con 4,5 horas a la semana, que de forma semipresencial se reparten con una hora de clase y 3,5 de atención por ordenador a través de un tutor, sin contar con las clases a distancia. A esta oferta, que de verse ampliada será a medio plazo, hay que añadir también el curso de actualización lingüística para el profesorado de los centros públicos, que este último curso se ha ampliado también a los concertados.


Pero no sólo sufren déficit de infraestructuras. La Escuela tiene 14 profesores para los cursos presenciales y semipresenciales y cinco para los de distancia. El déficit de docentes es evidente teniendo en cuenta que se trata de más de 2.300 alumnos, pero al tratarse de enseñanza no obligatoria, en la Escuela tienen claro que “todos van por delante de nosotros”. De personal administrativo también andan cortos y bastante, aunque ya casi se han acostumbrado. “Aquí el personal no docente hace de conserje, telefonista o de portero porque nos falta gente”, señala.

El último año divididos entre el edificio de Taxdirt y Santa Isabel de Hungría

Salvo contratiempos, este curso será el último que los alumnos y el equipo administrativo y docente de la Escuela de Idioma lo pasen dividido entre el edificio de la calle Taxdirt y las aulas del IES Santa Isabel de Hungría. Las obras de su futura ubicación, en la antigua bodega Valdespino, se reanudaron el pasado verano, poniendo así fin al parón que acumulaban tras haberse visto afectadas por los desvíos de los fondos del Plan-E. En este sentido, en una visita a la obra en agosto, la propia alcaldesa, María José García-Pelayo, acompañada por el delegado de Urbanismo, Antonio Saldaña, y la delegada de Educación, Lidia Menacho, resaltaban la “intensidad” con la que habían trabajado, contactando con la Dirección General de la Cooperación Local del Gobierno Central  para conseguir devolver poco a poco la “normalidad” a estos  trabajos, al ser “muy necesarios” para la ciudad.


Previamente, la Junta de Gobierno Local del pasado 20 de julio decidió adjudicar la terminación de las obras Prinur Sau, con el condicionante de que estuvieran terminadas el  30 de septiembre. No obstante,  Pelayo dijo ayer que será finalmente en un mes cuando finalicen los trabajos, mientras que desde la dirección del centro ya le han transmitido,tal como apuntó, su intención de mudarse el próximo mes de enero.


Una vez que concluyan las actuaciones, tendrá que entrar en acción la Junta de Andalucía, como ya advirtió el propio Saldaña, que subrayó el “esfuerzo” que ha realizado el Ayuntamiento para terminar las obras. No hay que olvidar que es la Administración andaluza la que tiene que dotar al nuevo edificio  de todo lo necesario y proceder al traslado. Aunque han sido muchos los traslados que han sufrido los alumnos, siempre han sido a edificios provisionales,  nunca a uno propio.  Empezaron en  el CEIP Miguel de Cervantes, desde ahí se mudaron al edificio actual de Taxdirt,  que “siempre fue pequeño”, por lo que también necesitaron hacer uso de la parte antigua del CEIP Carmen Benítez, hasta que hace cinco años tuvieron que recurrir a aulas del IES Santa Isabel de Hungría. Lo de estar separados es un trastorno tanto para los alumnos como los docentes y administrativos, pero ahora por fin los días para cambiar esta situación empiezan a estar contados.

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