Lo de Vigo no fue casualidad. Si en la derrota frente al Barcelona la opinión generalizada dictaba que el Sevilla mereció todo lo que le quitó Mateu Lahoz, en esta ocasión las miradas apuntan a un banquillo que ha demostrado, una vez más, no aportar muchas garantías.
Reflejo de ello son las demoledores cifras de los sevillistas cuando, por ejemplo, el chileno Medel se ausenta. Sólo dos victorias en 10 encuentros con esta situación.
Sin el ‘Pitbull’, Rakitic, ni Trochowski los de Míchel mostraron sin tapujos sus carencias de fondo de armario el viernes en Balaídos. Lo de Campaña es de psicólogo. Es imposible que un chaval que debe darlo todo por arañar minutos en su sueño de futbolista se arrastre de tal manera por un terreno de juego. Reyes, algo similar pero ya de vuelta. Babá no ofrece ni un ápice de delantero, al menos mediocre, como para vestirse de corto en este club. Tal fue así que Manu del Moral resultó ser el mejor suplente. Kondogbia sí es cierto que mostró detalles en un plano Sevilla.
Babá ofrece síntomas de mediocridad
Hace casi un año aterrizó desde el vecino país de Portugal un jugador de raza negra, con nombre que en Sevilla iba a llevar a la guasa y con un modelito muy a la moda. Hasta diciembre, el segundo máximo anotador en la liga portuguesa. Incluso, algunos lo comparaban con Drogba. Así llegó Babá Diawará al Sevilla, una esperanza de la dirección deportiva que invirtió 3 millones por él.
Pues desde entonces, el africano ha jugado con los de Nervión en 13 ocasiones, promediando unos 36 minutos por partido y anotando tan sólo 3 goles. Escaso bagaje para el futbolista que vino a suplir a Luis Fabiano. Para más inri, en Vigo terminó por desesperar al sevillismo.
