La hemeroteca es el peor enemigo de los políticos, porque equivale a un notario que levantara acta de las promesas generalmente incumplidas de aquéllos, que confían en la debilidad de la memoria humana y en el paso del tiempo para que el manto del olvido cubra sus palabras de antaño. Si se repasan las crónicas periodísticas dedicadas el pasado mes de junio al debate sobre el estado de la ciudad coincidiendo con el primer aniversario del nuevo gobierno local, podrá leerse que Zoido tomó la palabra en el último turno de intervenciones para, ya sin posibilidad de réplica por los portavoces de la oposición, lamentarse una vez más por la herencia recibida de Monteseirín y replicar a las propuestas de PSOE e IU en materia de empleo. Previamente, Juan Espadas, portavoz del grupo municipal socialista, había lanzado, entre otras, la idea de que el alcalde convocara a los 50 empresarios más importantes de la ciudad para crear un frente común contra el paro.
Zoido no respondió a las iniciativas de Espadas y de Torrijos porque habló de que su gobierno crearía un plan de empleo “propio”, que incluiría medidas como un programa de formación profesional para satisfacer la demanda de personal cualificado de empresas en sectores como turismo, hostelería, patrimonio y medio ambiente; y una oferta de prácticas en empresas para menores de 30 años, equivalente al programa ‘Praxis’ de la Diputación Provincial. Asimismo, el alcalde expresó su voluntad de mantener planes como Redes y Andalucía Orienta, siempre que la Junta de Andalucía adelantara su aportación financiera. Y, cuentan las crónicas, “también anunció un Plan Director de Economía y Empleo, pero del que poco se sabrá hasta su puesta en marcha en septiembre”.
Tres meses y medio después
Pues bien, estamos a 8 de octubre, seis días después de que el Ministerio de Empleo y Seguridad Social, dirigido por la onubense Fátima Báñez, difundiera los datos del paro registrado en los servicios públicos de empleo correspondiente a septiembre. Esas cifras vuelven a poner de manifiesto la dramática situación existente en nuestra ciudad. Ahora tenemos 2.150 parados más, hasta sumar un total de 88.819, y el crecimiento de la tasa de desempleo (un 2,48%) ha más que duplicado al de la provincia (1,03%), porque el 85% de los nuevos parados sevillanos están en la capital. Es demoledor el dato de que por cada hora que ha pasado desde que Zoido tomó el bastón de mando en Sevilla, un nuevo parado ha ingresado en las listas del INEM o del SAE, y así hasta 11.740 más.
Casi año y medio después de su acceso a la Alcaldía, Zoido está cada vez más lejos de cumplir su promesa electoral de convertirse en el alcalde del empleo. Obviamente, el reto no era fácil en la crítica situación en que vive el país, pero en un encuentro con varios periodistas de un medio sevillano antes de las elecciones municipales de mayo de 2011, el por entonces candidato del PP declaró conocer el estado real de las arcas del Ayuntamiento tras doce años de gobernación de Monteseirín y que pese a ello confiaba en el cumplimiento de sus promesas porque lo tenía todo muy estudiado.
Eran los tiempos en que sus contrincantes políticos cuantificaban económicamente el valor de sus anuncios electorales y estimaban que necesitaría entre 3.000 y 4.000 millones de euros para poder cumplirlos. Si prometió lo que prometió, con conocimiento de causa o sin él, Zoido no debe escudarse por más tiempo (y ya lleva dieciséis meses de alcalde) en la herencia recibida de su predecesor, por más que fuera desastrosa en lo económico al legarle un ‘agujero’ superior a los 600 millones de euros, para tratar de justificar sus incumplimientos.
Herencias aparte, la realidad es que estamos en octubre y de que el Plan “propio” y/o el Plan Director de Economía y Empleo anunciado en junio para septiembre no existe, mientras que 2.150 personas más han engrosado las listas del paro al acabar el verano. Y en este aspecto ya no cabe echarle las culpas a Monteseirín: fue Zoido quien ‘motu proprio’ anunció ese Plan ty con la fecha concreta del inicio del nuevo curso político.
La tesis de Serrano
Aquella promesa se ha revelado otro brindis al sol, conforme a las explicaciones dadas por el hombre de confianza del alcalde, Gregorio Serrano, delegado de Empleo, Economía, Fiestas Mayores y Turismo. Según la peregrina tesis de Serrano, no hay un Plan de Empleo específico, sino que todo lo que hace el Ayuntamiento son planes de empleo. “No hay diez medidas concretas -ha dicho-, sino centenares de medidas todos los días, porque los planes de empleo en la ciudad consisten en levantarse todos los días por la mañana temprano y en que todo lo que hacen los delegados sea por el empleo en la ciudad”.
Si diéramos por válidos los argumentos de Serrano, Sevilla no debería tener un Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), porque según la mano derecha del alcalde el urbanismo sevillano consistiría en levantarse por la mañana temprano y en que todo lo que hicieran los delegados fuera por el desarrollo urbanístico de la ciudad, sin orden ni concierto y sin que los empresarios, promotores, constructores y propietarios superan a qué atenerse y cómo planificar sus futuras actuaciones. Un día a uno de los delegados se le podría ocurrir, por ejemplo, recalificar una zona verde en el Prado para que la Universidad pudiera construir una biblioteca sobre los jardines construidos con fondos europeos, aunque luego llegaran los tribunales y tumbaran una inversión de 8 ó 10 millones de euros de dinero público. Otro día la ocurrencia podría ser incrementar o rebajar la edificabilidad de una parcela. Al día siguiente, declarar zona edificable un área del Pítamo, para a continuación reconocer Tablada como zona inundable y acabar así con las expectativas del consorcio que compró la dehesa por una millonada....
Conforme al ‘método’ de gobierno de Serrano, no haría falta tampoco un Plan de Movilidad, un
Presupuesto para 2013, un Plan de Turismo....ninguna planificación que oriente la acción del Ayuntamiento y de sus administrados, porque la gobernación de Sevilla consistiría en levantarse todos los días temprano a ver qué ocurrencia tienen hoy los delegados de Zoido para evitar los atascos, entre dinero en las arcas de Fley y los turistas vengan por arte de magia en vez de por campañas de promoción previamente estudiadas, con un ‘target’ (que dirían los cursis) definido, presupuestadas y ejecutadas.
No hay hoja de ruta
Las palabras del delegado de Empleo revelan que el gobierno local se mueve a golpe de improvisación porque carece de una Hoja de Ruta con un objetivo marcado y con un método. Si gobernar es prever y decidir, la imprevisión es lo contrario de lo mínimo exigible a quienes nos gobiernan, que han de dar seguridad a los ciudadanos y no incertidumbres. Son cuestiones de perogrullo pero en la que últimamente caen una y otra vez los delegados de Zoido, ya sea en materia urbanística como de tráfico y economía y que abundan en la peligrosa imagen de falta de coordinación y de cohesión internas.
Para colmo, en el Pleno municipal previo al de los datos del paro, el delegado de Urbanismo, Maximiliano Vílchez, condicionó el nonato Plan de Empleo a que la Junta de Andalucía apruebe la modificación del PGOU para la venta de la antigua comisaría de la Gavidia como centro comercial y que así el Ayuntamiento ingrese 10 millones de euros. La propuesta chirría y sonó a oídos de la oposición como un intolerable intento de chantaje urbanístico al Gobierno autónomo, que ha de velar, como el propio Consistorio, por el cumplimiento de la legalidad. Suponía, de paso, un desafortunado intento de traspasar a la Junta de Andalucía su propia responsabilidad por su incapacidad de elaborar el Plan anunciado por el alcalde en el debate sobre la ciudad.
El mensaje adicional a la opinión pública es que sin el dinero que se ingresaría por la venta de la Gavidia no se puede redactar un Plan de Empleo que dé alguna esperanza a los casi 90.000 sevillanos en paro. Si así fuera, el Ayuntamiento tampoco puede escudarse en ese pretexto, ya que recientemente ha metido la mano en la caja del Real Alcázar y ha cogido 6,8 millones de los 12 de superávit que acumula el monumento por las visitas turísticas de los últimos años y que teóricamente debían estar destinados a su mantenimiento, excavaciones y otros usos culturales, sin que de momento haya dado explicación alguna sobre el destino de estos fondos.
El gobierno de Zoido, pues, ha agotado ya todas las coartadas. Camino del año y medio de mandato, Zoido ni capta empleo (los 400 de baja calidad de Iberphone apenas compensan los 275 despidos que hizo en Sevilla y, dados sus antecedentes, suscita todo tipo de recelos en los sindicatos) ni tiene un Plan para captarlo. ¿Llegará así al próximo debate sobre el estado de la ciudad?