El escritor Salvador Gutiérrez Solís (Córdoba, 1968) acaba de publicar 'El escalador congelado' (Destino), una novela sobre la insatisfacción, el amor, los celos, la impotencia, la indignación o la melancolía que cada día puede desembarcar en nuestras vidas. O como explica el propio autor, un libro que "consigue hacer una radiografía de la situación actual, de cómo día a día de infinidad de personas".
"Es una cosa que he buscado desde el principio, y que creo que he conseguido, porque hay gente que me está confirmando que se siente muy identificada con la novela", añade en declaraciones a Europa Press el autor, quien afirma que los personajes de su novela "son muy actuales". En este sentido, afirma que aunque "parezca una contradicción, es infinitamente más difícil trasladar al papel supuestas personalidades o caracteres normales, que gente que se diferencia por tener algún rasgo estrambótico o extravagante".
Así, media docena de personajes sobreviven en un invierno extrañamente frío en Sevilla. Faltan pocos días para Navidad y todos ellos viven introspectivamente su particular crisis existencial, un conflicto interno que les lleva a luchar contra la frustración de los sueños rotos y la promesas incumplidas --propias y ajenas-- y recordar tiempos mejores, en los que su juventud e ímpetu les acercaba bastante a un estado muy parecido a la felicidad.
Gutiérrez Solís, que presentará esta obra el próximo miércoles 5 de diciembre en la Fnac de Sevilla, afirma que 'El escalador congelado' "no deja de ser una metáfora de esa cima, esos planteamientos y sueños que tenemos en nuestra vida y que a veces conseguimos y a veces no", toda vez que asegura que en la novela lo que trata de hacer ver es que "todos llevamos un escalador dentro, y que cada cual tenemos unos sueños que cumplir".
Pero, matiza, "no necesariamente todos los sueños tienen que estar protagonizados por lo que es el éxito material o económico, que es algo a lo que desgraciadamente nos hemos acostumbrado mucho en los últimos tiempos, sino que hay protagonistas de esta novela que su sueño es definir su identidad sexual, la maternidad, vivir la vida que le gustaría llevar o dejar de estar solos".
Cuestionado sobre por qué nos cuesta tanto escalar, el escritor, responsable también de 'La novela de un novelista malaleche' (1999), finalista en el Premio Nacional de la Crítica, ha manifestado que muchas veces "se tiene el paradigma de que la adolescencia es como una época muy crucial en la vida de las personas", y "creo que la época de los 35 ó 45 años puede ser más crucial que la propia adolescencia, porque en muchos sentidos te puedes encontrar ante le planteamiento de o lo intento por última vez o me dejo llevar", y esto es también "lo que intento plasmar en la novela", afirma.
"Lo que me gustaría es que los lectores sacaran un mensaje claro, y es que el miedo a congelarte no te puede impedir que por lo menos intentes escalar", manifiesta, toda vez que afirma que las alternativas "pueden ser desde planteamientos vitales diferentes, escoger otro camino para intentar subir escalando o romper con todo lo que tiene". Aunque "también hay quien acepta la situación y decide que no va a cambiarla", matiza.
Ya para crear esta historia, Gutiérrez Solís afirma que, como siempre hace cuando aborda una novela, ha sentido "la necesidad imperiosa de nutrirse de la realidad" de un tiempo que considera "muy llamativo", porque "aunque tiene muchos aspectos negativos, también es un tiempo vertiginoso de cambios y creo que eso es un material muy utilizable para una novela".
Por último, Gutiérrez Solís espera que esta novela "llegue a cuantos más lectores mejor y que el lector que se acerque a ella se emocione y tenga la sensación de que está leyendo una historia que le ha podido o le puede suceder a él en cualquier momento", concluye.