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El Real Madrid logra la duodécima evita que el Obradoiro sueñe

Igualdad es la palabra que mejor define el arranque del partido, pues cada canasta era respondida con otra del equipo rival y las ventajas eran mínimas

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El Real Madrid impidió en el Fontes do Sar que el Blusens Monbus sueñe y se clasifica para la Copa del Rey de manera matemática gracias a su duodécimo triunfo del curso, fraguado con un festival ofensivo (87-97).

Igualdad es la palabra que mejor define el arranque del partido, pues cada canasta era respondida con otra del equipo rival y las ventajas eran mínimas con un máximo de cuatro puntos de diferencia para los locales (7-3) y tres para los visitantes (11-14).

Los dos jugadores mallorquines fueron clave en el primer periodo, con una muy buena actuación ya que Alberto Corbacho anotó diez puntos y Rudy Fernández consiguió once, con dos triples cada uno que dieron ventaja al final al Madrid (26-29).

Las faltas le pesaron mucho al base del Blusens Monbus, Andrés Rodríguez, que sumó dos muy al principio y apenas tuvo minutos durante la primera mitad, en la que intentó escaparse, sin éxito, el equipo que dirige Pablo Laso.

De nuevo siguió la igualdad con el tiro exterior como protagonista y, además, un Levon Kendall muy intenso que asumió el peso del ataque local, con trece tantos en este segundo acto, todos ellos decisivos para mantener al equipo en el partido.

El Real Madrid intentó escaparse (29-33, m.12), pero fue el jugador canadiense quien anotó desde el exterior para impedir que la distancia fuese a más y luego tuvo que responder Carlos Suárez desde el perímetro a un nuevo triple, en ese caso de Rafa Luz.

Ya casi en el descanso hubo un nuevo estirón de la mano de siete puntos consecutivos -cuatro de Sergio Rodríguez y tres de Jaycee Carroll-, pero entre Robbie Hummel y Kendall lograron convertir un 46-52 que parecía definitivo en 50-52, con 20 minutos por jugar.

En la reanudación fue el ala pívot de Canadá el que puso en las dos primeras acciones a su equipo de nuevo por delante (54-52) y el Sar empezó a creer en que era posible volver a vencer al Real Madrid, que llegaba invicto.

No obstante, una defensa con gran intensidad del equipo de Pablo Laso hizo que el partido se rompiese, a pesar del tiempo muerto que solicitó Moncho Fernández, y la diferencia aumentó más de lo que lo había hecho hasta el momento (61-70, m.27).

Cuando el Blusens Monbus pareció meterse en el partido fue Pablo Laso el que decidió pararlo (64-70, m.29) y dos triples consecutivos de los suyos contestados por Pavel Pumprla pusieron un 68-76 con sólo diez minutos por delante.

La distancia parecía decisiva y, aún así, el Obradoiro peleó hasta ponerse a cuatro tantos (74-78, m.34), pero fue un simple espejismo, pues el líder manejó con la cabeza fría y se llevó el encuentro con una diferencia en cierto modo clara (87-97).

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