El Betis ya es equipo de cuartos de final de Copa del Rey tras eliminar a La Palmas gracias a un solitario gol de Rubén Castro aprovechando un regalo de la defensa canaria a cinco del término.
Tal y como se preveía, alineación titular con nueve cambios con respecto al último partido de Liga. Únicamente Chica y Beñat repetían con respecto al mencionado encuentro en un equipo bastante ofensivo que ensayado por Mel durante toda la semana de trabajo.
Arrancó espeso el partido del lado bético, que no encontraba la forma de darle continuidad a su juego ante un rival bien colocado en el terreno de juego e imprimiendo ritmo en sus salidas a la contra; si bien es cierto que las llegadas al área eran escasas en ambos sentidos. El primer acercamiento se produjo en el minuto 12. Jorge Molina a pase de Alejandro Pozuelo no alcanzó a conectar un lanzamiento a bocajarro que Barbosa enviaba a corner.
No obstante, poco a poco el Betis se iba haciendo con el control del choque y las jugadas contra la portería rival comenzaban a sucederse aunque sin verdadera claridad. Vadillo y Ángel desbordaron por ambas bandas con intención pero sin acierto. La mala noticia se cebaba por otro lado en el joven Pozuelo. El canterano, en una carrera, sufría un tirón muscular cuando se cumplía la media hora de encuentro teniendo que ser sustituido cinco minutos después en su lugar por Rubén Castro que partía en principio desde el banquillo.
Incluso la mala suerte pudo incrementarse si Thievy, en la ocasión más clara de la primera mitad, hubiese impactado de forma certera el diáfano balón que le cedía Chrisantus dejándole al delantero canario sólo, con Casto vendido en área pequeña que incomprensiblemente en el 38’ mandó fuera a la derecha del arco verdiblanco. Floja primera mitad verdiblanca.
A la salida de los vestuarios se vio otro duelo completamente distinto al que los 45 minutos iniciales dejaron en la retina. Teixeira Vitienes por momentos dejaba su particular seña de identidad a la hora de impartir justicia con las tarjetas para desesperación de la parroquia bética.
Sobre el césped, Molina desaprovechó la mejor oportunidad para los locales tras un pase interior de Beñat que el delantero de Alcoy no supo definir mano a mano con el meta Barbosa cruzando demasiado la pelota sobre su rival en la salida cuando tan sólo se cumplían cinco minutos de la segunda parte. A la ocasión del espigado atacante, se unía seis minutos otra de Beñat que rozaba el poste en un tiro cruzado con la pierna izquierda. En estas, Vadillo, irregular a lo largo del envite, estrellaba el balón en la cruceta amén de un sublime derechazo que a punto estuvo de convertirse en gol. Sin embargo, la contestación de Las Palmas no se hizo esperar.
El pánico empezaba a cundir en las gradas del Villamarín; y es que los visitantes no paraban de merodear los dominios de la guardameta verdiblanca. Así, cuando peor parecían estar las cosas, apareció el de siempre, el que nunca o pocas veces falla. Rubén Castro, en un regalo de Hernán, se plantaba mano a mano para fusilar por bajo a Barbosa que llegó a tocar, pero que no impediría el tanto en el minuto 85 de partido. El descuento dejó una roja a Corrales.
Pitido final y el Betis a cuartos, donde espera el Atlético de Madrid de Falcao.