El Barcelona sigue líder intratable e invicto, tras superar al Málaga, que en dos errores puso en ventaja el encuentro al equipo azulgrana, que supera en once puntos al Atlético de Madrid y en dieciocho del Real Madrid.
Nueve años hacía que el Málaga no ganaba al Barcelona. Fue en 2003 cuando dirigía al conjunto malagueño Juande Ramos, y con una tarde memorable del ex delantero Salva Ballesta, que consiguió tres goles. A partir de ese momento algún empate y varias derrotas.
El Málaga se presentó en La Rosaleda con dos cambios en el once inicial, Sergio Sánchez en el lateral derecho por el sancionado Gámez, y el francés Jéremy Toulalan, por Portillo, en el centro del campo. El Barcelona apostó por el argentino Mascherano, en el centro de la zaga y el brasileño Dani Alves, en el lateral derecho.
El Málaga inició el partido presionando, pero a medida que iban pasando los minutos el Barcelona se fue asentando e incluso Leo Messi, tuvo la primera ocasión en un error del central Weligton, que aprovechó el argentino, pero en última instancia el guardameta Willy Caballero, le quitó el balón con la mano izquierda.
El conjunto malagueño no se amilanó, iba al ataque, Camacho avisó con un lanzamiento y Santa Cruz, a punto estuvo de llegar a una cesión de Mascherano a Valdés. El encuentro ofensivo por ambas partes, prácticamente no existían las defensas, aunque el Barcelona dominaba y era el que más tenía el balón.
El encuentro transcurría sin excesivas oportunidades, un lanzamiento de Iniesta que despejó Caballero, y a continuación un error en la entrega de Camacho, que quería ceder al guardameta, no vio a Messi, que quebró al portero y marcó el primero en el minuto 26.
El gol por el error le dejó tocado. El Málaga le estaba tratando por igual al líder, pero los fallos se pagan. Descolocada la defensa configuró otra ocasión, esta vez de Cesc, cuyo disparo se fue fuera por centímetros. Los andaluces fueron asimilando el golpe, se armaron de nuevo y volvieron a la carga con varios acercamientos al área azulgrana, aunque faltando ese último pase ganador y esa pegada demoledora.
Cuatro minutos duró el Málaga en la segunda parte. Un pase de Messi a Cesc Fábregas, que se adelantó a Sergio Sánchez, cruzando el balón en la salida de Caballero, consiguiendo el segundo gol. El partido, a partir de ese momento, decayó, con un Barcelona tranquilo y un equipo local sin ritmo y apesadumbrado.
El Barcelona ni se inmutó por alguna acción esporádica de los malaguistas y cada vez que se acercaba a la portería del gran Caballero, creaba peligro. La entrada al campo del delantero argentino Diego Buonanotte, por Eliseu, le dio algo más de poder ofensivo y por lo menos merodeó algo más el área rival.
Todo estaba sentenciado por la superioridad del Barcelona, que quiso redondear la noche con otro gol, esta vez de Thiago, en un disparo desde fuera del área, que Caballero no pudo atajar. Quedaban pocos minutos y los locales querían el gol del honor, que lo obtuvieron de un lanzamiento magistral de falta Buonanotte. Exhibición azulgrana ante un Málaga que pagó los fallos.