La Fiscalía Provincial de Córdoba pide una pena de un total de cuatro años de prisión para un camionero acusado de quedarse con distintas cantidades de hierro que transportaba y que están valoradas en más de 381.500 euros.
Según recoge la calificación del Ministerio Público, a la que ha tenido acceso Europa Press, durante el años 2005 y 2006, el procesado desempeñó funciones de transportista para una empresa de la localidad cordobesa de Puente Genil, dedicada a la fabricación de hierros.
En concreto, el acusado tenía encomendada la labor de transportar en un vehículo de la empresa el material pedido por los clientes de la zona de Ronda (Málaga) y Ubrique (Cádiz). Para ello, cada uno de los pedidos realizados por los clientes se formalizaba en una "hoja de propuesta de pedido" con tres hojas autocopiativas de color amarillo, blanco y rosa.
Así, mientras que la hoja de color amarillo quedaba en la oficina en la matriz del talonario, el acusado retiraba las otras dos hojas dirigiéndose a la mesa de carga para que los encargados del almacén procedieran a cargar el material. En el caso que no hubiera existencias en 'stock' se anotaba en la hoja blanca el material no servido, entregando dicha hoja el acusado en la oficina para controlar el material no entregado y poder servirlo lo antes posible al cliente.
La hoja de pedido rosa, en la que se anotaba el material realmente cargado, también la entregaba el procesado en la oficina para confeccionar un albarán emitido por triplicado, del que el acusado se quedaba con dos copias que grapaba a la hoja rosa de pedido y una vez entregada la carga al cliente, éste firmaba el mismo para acreditar la recepción, quedándose con una copia, y la otra la entregaba el acusado en la oficina junto con la hoja rosa para su posterior facturación.
Durante el periodo mencionado, el acusado, "con el propósito de enriquecerse", supuestamente cargó en la forma antes descrita material de la empresa, justificando la carga por las correspondientes propuestas de pedido hechas por los clientes y que constaban en la hoja amarilla, que permanecían en la oficina en la matriz del talonario.
No obstante, según el fiscal, "en lugar de entregar el material al cliente se apoderaba del mismo, para lo cual no hacia entrega de las otras dos hojas de propuesta de pedido en la oficina, ni ésta emitía el correspondiente albarán, que una vez firmado por el cliente daba lugar a la facturación, no produciéndose ésta tampoco con el consiguiente perjuicio para la empresa, al que ésta era ajena, y sin que los clientes reclamaran el pedido".