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Huelva

¡Alto, no es la Guardia Civil!

Diferentes publicaciones utilizan el nombre de la Guardia Civil, Policía Nacional y Policía Local para vender publicidad a empresas

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  • Una de las publicaciones que utiliza el nombre de la Benemérita -

La metodología es sencilla. Ponerse en contacto telefónico con las empresas, mayormente en los pueblos, ofrecerles publicidad para revistas de la Guardia Civil, la Policía Nacional o la Policía Local, obtener el sí de muchas empresas que creen conveniente aportar su granito de arena a los cuerpos, y hacer caja. La irregularidad estriba en que ninguna de estas publicaciones representan estrictamente a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, provocando un doble efecto: el juego de la confusión con el cliente y la mala imagen que acaba dando a los cuerpos.

En Huelva, según confirmó la Guardia Civil a Viva Huelva,  son varias las diligencias abiertas relacionadas con estos casos. Una de las empresas afectadas, localizada por este periódico, estuvo a punto de caer hasta tres veces en la misma piedra. Sólo cayó en dos. Según se refleja en la documentación aportada por esa empresa a este periódico, en septiembre de 2012, y en nombre de la Guardia Civil, le ofrecieron publicidad para una revista llamada ADGC y que edita la Asociación Democrática de Guardias Civiles. La empresa aceptó y pagó 145,20 euros.

Un mes después, con el mismo procedimiento, la llamaron en nombre de la Policía Local. Ahora, la venta de publicidad era para la revista que edita la Confederación de Seguridad Local. También aceptó y en esta ocasión pagó  242 euros.

La tercera ocasión ha sido a principios de este mes, cuando en nombre de la Policía Nacional, la empresa en cuestión contrató un anuncio para la revista de la Unión Federal de Policía, por el que le cargaron 266,20 euros. A partir de este último caso, el empresario empezó a notar moscas detrás de la oreja, mandó el recibo para atrás, y formuló ante la Guardia Civil la correspondiente denuncia.
En todos los casos, la empresa encargada de la gestión de la venta de inserción publicitaria para estos engañosos colectivos es la misma, y siempre el contacto es a través de la vía telefónica.
 
Para la Guardia Civil supone “un daño a nuestra imagen”
“Esas publicaciones no tienen nada que ver con la Guardia Civil”, aclararon fuentes onubenses de la Benemérita a este periódico, para hacer un llamamiento sobre las fórmulas que llevan a cabo estos colectivos: “Es una práctica que viene de tiempo atrás en todo el territorio nacional. Cuando hacen la llamada juegan al equívoco, y la gente se piensa que la que llama es la Guardia Civil, pero  no tienen nada que ver”.

En cuanto a la posibilidad de catalogar estos casos como una estafa, reconocieron que es “complicado porque la publicidad contratada suele llevarse a efecto”. Aclarar en este punto, que la empresa localizada por Viva Huelva ha asegurado no tener ninguna constancia de que la inserción publicitaria que contrató se haya llevado a cabo. “Es muy difícil catalogar esta práctica”, reitera la Guardia Civil. “La ADCG no tiene nada que ver con la Guardia Civil”, aseguraron las fuentes consultadas por Viva Huelva, que recordaron que hay “hasta diez publicaciones” que utilizan esta usurpación de identidad, tales como la citada ADGC, el Círculo de Amigos de la Guardia Civil o la Asociación de Radioaficionados de la Guardia Civil. Estas mismas fuentes aclararon que la Guardia Civil sólo tiene una publicación oficial, que es la revista mensual ‘Guardia Civil’, “y nunca llamamos por teléfono a nadie para que se anuncien ni tenemos comerciales buscando publicidad, sino que la empresa que quiera anunciarse se tiene que poner en contacto con nosotros”.

Por todo ello, aseguran que estas prácticas “hacen mucho daño a la imagen de la Guardia Civil”, porque al final la picaresca se impone a la voluntad del empresario, que se piensa que es la Guardia Civil la que le ha engañado, y su dinero se ha invertido en una publicidad inútil para él por dos motivos: porque el  anuncio no se visualiza y porque la inversión se hace para ‘llevarse bien’  o colaborar con los cuerpos. Y al final los cuerpos ni pinchan ni cortan en estas engañosas publicaciones.

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