Cosas del destino, este 22 de mayo, segundo aniversario del 22M, las últimas elecciones municipales, la Casa Grande de los rondeños ha permanecido cerrada a cal y canto. Cosas, más que del destino, de los santos, en concreto de Santa Rita, que festeja el funcionariado.
Hace dos años, la jornada fue bien distinta. Maratoniana. Electoral. Acabó con sonrisas y lágrimas. Con la alegría de populares y andalucistas que, sin haber ganado los comicios, se supieron vencedores de los mismos tras desplomarse el PSOE en lo que su entonces candidato, el ex alcalde Antonio Marín Lara, denominó un auténtico “tsunami” contra los socialistas, en las postrimerías del mandato de Zapatero y en mitad de la crisis económica: “Lo hemos pagado los alcaldes”, se excusó entonces Marín, quien defendió sus resultados frente a aquellas otras ciudades malagueñas donde el PSOE no fue la fuerza más votada. Pero Marín no podría gobernar; enfrentado a todos, el ex alcalde anunciaría el mismo 23 de mayo, sólo unas horas después de la elección, una fallida ronda de contactos para intentar formar gobierno al ser la suya la lista más votada; no pudo sentarse con ningún otro representante político.
La fotografía de la noche electoral de aquel 22 de mayo no estuvo en la sede de los socialistas; la imagen de aquella jornada fue la que RONDA SEMANAL llevaría a su portada días después, el sábado 28 de mayo, una especie de robado de la alegría que rebosaron Fernández y Barriga, candidatas del PP y el PA, respectivamente, que sabían del futuro pacto de Gobierno, anunciado pocos días después.
“Hemos tenido que renacer y vamos a trabajar. No queremos hablar de pactos, sino de trabajo”, decía Barriga entre banderas andaluzas. Los hechos demostraron la utilización intencionada del término ‘pacto’. Mari Paz Fernández, rodeada de muchos de los suyos, ofreció un discurso muy institucional en la sede de su partido, y habló abiertamente de “gran éxito” para su partido. El 11 de junio se hizo con la vara de mando de la ciudad.
En estos dos años la crisis no ha dejado de marcar la actividad municipal. El equipo de Gobierno se ha aferrado al argumento de una envenenada herencia económica de los socialistas ante cada una de sus decisiones, muchas de ellas cargadas de polémica. Un nuevo escenario de enfrentamiento con la Junta de Andalucía o con los funcionarios municipales y el varapalo de las administraciones superiores y de otras instituciones públicas a proyectos como el AVE o Merinos han desgastado, sin dudas, a un Gobierno que no encontró un camino de rosas, y que se vio enfrentado incluso a una profunda crisis interna hace apenas unos meses, con la marcha de dos de sus ediles y un sonoro aviso de los andalucistas a sus socios.
Populares y andalucistas, sin embargo, se han mostrado convencidos de que lo mejor está por llegar. Recientemente, durante la aprobación del último presupuesto, se anunció que la hora de los ajustes ya ha pasado, y que 2014 será un buen año para la ciudad.
