El sueño se tornó en realidad. La afición bética sufrió como es costumbre con su equipo en el Ciudad de Valencia (los que se desplazaron) y desde bares y casas sevillanas; pero el segundo objetivo de la temporada tras la permanencia se solventó y el Betis paseará su nombre por el viejo continente.
La incertidumbre hasta el gol de Jorge Molina se manifestaba en el banquillo verdiblanco que explotó de alegría con el gol del alcoyano. Un estallido de júbilo que se trasladó kilómetros hacia el sur hasta el aeropuerto de San Pablo donde esperaba una buena parte de beticismo para congratular a su equipo.
Ahora, es el momento de reflexionar en un club cuyo crecimiento en calidad de plantilla y propósitos deportivos se espera que incremente cada año. Mientras, las miras están puestas ahora en la resolución del TAS y la posibilidad de ganar una posición en la clasificación, algo que le evitaría tener que jugar la tercera ronda previa de la Europa League cuyo sorteo es el próximo 19 de junio.
La ronda que deberá jugar el cuadro bético pasaría del 1 y 8 de agosto al 22 y 29 de sancionar finalmente al Málaga; sorteo que se trasladaría al 9 de agosto en dicho caso.
Tarde o temprano, lo que es seguro es que el Betis volverá siete años después a jugar oficialmente en Europa.