El fiscal general del Estado de Grecia, Nikos Dendias, ha prometido llegar hasta el final en la investigación sobre el partido neonazi Amanecer Dorado y estrechar el cerco sobre aquellos policías que han colaborado con la formación ultraconservadora.
En una entrevista concedida este sábado al diario griego 'Kathimerini', Dendias asegurado que, antes del arresto del líder de Amanecer Dorado, Nikos Michaloliakos, y de cinco diputados el pasado fin de semana, la Policía reaccionaba con lentitud a las acciones criminales de sus adeptos e ignoraban la corrupción en el partido.
"Es verdad que el esfuerzo ahora tiene una intensidad", subraya Dendias, que reafirma su compromiso de suspender a los agentes policiales por su "activa participación en Amanecer Dorado o por no reaccionar a lo que estaban haciendo".
Tras el arresto de varios altos cargos de seguridad de la Policía griega por su connivencia y colaboración con la formación neonazi, el fiscal general del Estado vaticina que habrá más movimientos en esta línea.
"Hay una instrucción política para una catarsis total para que las sombras no se sitúen sobre la mayoría de policías honestos", explica Dendias. La investigación sobre Amanecer Dorado, pues, está lejos aún de concluir, según Dendias. "Investigaremos cualquier cosa que pueda ser investigable y no dejaremos nada sin comprobar", incide.
CRÍTICAS AL GOBIERNO
El fiscal también responde a las críticas contra el Gobierno del primer ministro griego, Antonis Samaras, al que acusan de desoír las advertencias sobre el auge de Amanecer Dorado.
En su defensa, Dendias reconoce que "la amenaza actual que representa Amanecer Dorado para la paz social, la ley y el orden no fue evaluada adecuadamente". Ahora, insiste, "el tema primero y más importante para nosotros es extirpar la violencia de todos los aspectos de la vida social y política".
Según este mismo periódico, Samaras se reunió hace tres meses con sus asesores más cercanos para abordar la amenaza del partido neonazi para la estabilidad política de Grecia y se celebró a la luz de que los diputados y miembros de Amanecer Dorado actuaban con total impunidad.
La prohibición del partido fue la primera de las medidas que se colocaron encima de la mesa, respaldada a su vez por el fiscal general del Estado. Sin embargo, el primer ministro desechó esta opción ante el temor de que pudiera insuflar el apoyo popular a la formación ultraconservadora.
