Los Juzgados de Sevilla no daban a basto este jueves para organizar la oleada mediática que despertaba la figura de Manuel Ruiz de Lopera el día que le tocaba comparecer ante la jueza Mercedes Alaya frente a las acusasiones de presunto delito societario por su gestión en el Real Betis Balompié.
Duro escrito de imputación por parte de la magistrada sevillana contra el exmáximo accionista asegurando que consideraba al Real Betis como “una fuente inagotable de negocio”, del que obtuvo beneficios de 25 millones de euros a través de sus empresas Tegasa y Encadesa y lo perjudicó en la misma cantidad; entendiendo su relación con el club de Heliópolis como un negocio del que obtener ventajas económicas” argumentos que le han sido leídos antes de que el expresidente se negase a declarar por consejo de sus abogados.
Lopera, acompañado de familiares y amigos a la entrada y la salida de los juzgados, abandonaba el edificio judicial tras 45 minutos en su interior desde la la llegada de la jueza afirmando al ser cuestionado por los periodistas como consecuencia de su silencio que él tiene “más ganas de hablar que nadie” y que está pensando hacerlo en una rueda de prensa, pus "su Betis le duele mucho".
Ante Alaya, el exdirigente subrayó que ya había aclarado todas sus alegaciones por escrito, mientras que el resto de las partes, las defensas y el Ministerio Fiscal, han descartado hacer preguntas, según recoge el acta de la diligencia practicada en el día de ayer.
En su escrito de descargo, los letrados de Lopera lamentan que su cliente haya sido víctima de “una tormenta judicial y mediática perfecta”, rebatiendo los testimonios de las dos peritaciones ordenadas por el juzgado que cifran en casi 25 millones de euros el perjuicio causado al Betis en dos décadas de mandato.
